Es inevitable que los padres vean crecer a sus hijos, quienes en algún momento estarán listos para decir adiós a su casa para crear un nuevo camino y romper con la dependencia que muchos de ellos tenían con sus padres.
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Estas emociones pueden intensificarse cuando los padres se identifican como personas cuidadoras. Si no tienen un hijo para cuidar en sus casas, esto puede afectar las rutinas, especialmente si es hijo único o es el último hijo el que se va de casa.
Aunque no es un diagnóstico clínico, a este fenómeno se le conoce como el síndrome del nido vacío.
“Es común que los padres consideren que dejar ir es una experiencia dolorosa, aunque alienten activamente a sus hijos a ser independientes”, explicó la médica Jessica Sosso, especialista en medicina familiar.
Sosso también explicó que resulta difícil de repente no tener niños en casa que necesiten cuidado. “Es posible que extrañen ser parte de la vida diaria de sus hijos y su compañía constante”, puntualizó la especialista.
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En una entrevista para El País de España, la neuropsicóloga Alba Pérez explicó que este síndrome se trata de “la sensación de pérdida de la cercanía en una relación tan especial, como lo es la paternofilial y la falta de aceptación y adaptación al cambio que conlleva. Se puede entender como un proceso de duelo, donde hay que aceptar una ausencia y readaptarse a una nueva dinámica familiar”.
El origen del término del síndrome vacío se remonta a la década de los 60 en Estados Unidos, por una investigación que adelantaban con mujeres con depresión, ya que particularmente en ese momento “todas estaban enfrentando el abandono del hogar de sus hijos”, agregó la psicóloga para el diario europeo.
El síndrome ha aumentado en estos tiempos, porque en las generaciones pasadas las familias tenían muchos hijos y era común que alguno de ellos acompañara a sus padres hasta la muerte.
Ahora, el número de hijos en las familias modernas ha disminuido considerablemente y es probable que los padres en algún punto de sus vidas se queden solos.
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La partida de un hijo puede ser difícil, sin embargo, los especialistas apuntan a que esto también podría traerles beneficios a los padres, para iniciar una nueva etapa de la vida.
Puede traer beneficios
Según la psicóloga Sosso de Mayo Clinic, tener un nido vacío es una oportunidad para que los padres se reconecten entre ellos o consigo mismos, puede mejorar la calidad del matrimonio y retomar intereses a los que antes no podía dedicarles el tiempo suficiente.
Si usted es un padre de familia que está experimentando estas emociones, estos consejos sugeridos por los expertos, podrían ayudarle a superar esta etapa de transición.
Aceptar el momento: aceptar que su hijo se va o ya se fue de casa podría enfocarlo en el ahora para así concentrarse en su tiempo libre y en lo que puede hacer, además de pensar en cómo ayudar a su hijo a tener éxito en esta nueva etapa.
Mantenerse en contacto: que su hijo se vaya de casa no significa que deban perder la comunicación. Para eso existen las llamadas telefónicas, correos electrónicos, mensajes de texto, videollamadas y visitas. Puede invitarlo a almorzar o a comer frecuentemente.
Busque apoyo: busque resguardo en sus seres queridos, si tiene pareja, puede compartir ese momento con ella. Si está experimentando emociones intensas de tristeza y desmotivación, es importante que consulte con un psicólogo.
Planificación: si sabe que próximamente su hijo se irá de casa, es importante planificar sus días. Es importante que busque nuevas oportunidades y que descubra un nuevo desafío por cumplir.
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