Cincuenta y siete años cumple la Central de Transporte de Cúcuta en el lugar que se encuentra, que por diversas razones es necesario trasladarla dentro de un plan estructurado que irradie varias soluciones paralelas.

Acaba de decir el alcalde Jorge Acevedo que la terminal es un foco de violencia e inseguridad, referencias que hacen recordar los ataques con granadas ocurridos en sectores aledaños, pero al mismo tiempo sirven para indicar que en sus alrededores se encuentra La Guayabera.

Pero independiente de esto, el debate en el que la ciudad y los municipios vecinos deben enfocarse es a la precisión del sitio indicado para construir la que podría ser una central metropolitana de transporte con posibilidad de convertirse, también, en una de carácter binacional.

Todos los detalles relacionados con las facilidades para la recepción y despacho de los vehículos de transporte intermunicipal, interdepartamental e internacional, sin que generen impactos sobre la movilidad de la capital de Norte de Santander y en las localidades cercanas.

La inversión privada en esta clase de proyectos es indispensable que cuente con las facilidades necesarias, puesto que no solamente debería estarse pensando en una Central de Transporte sino en algo más parecido a un gran puerto seco que también aglutine lo que tiene que ver con el transporte de carga y los servicios relacionados con la llegada y salida de mercancías tanto para el mercado local y nacional, al igual que aquellas de importación y exportación.

Aprovechando que la Alcaldía de Cúcuta quiere proceder al desarrollo de un megaproyecto en este asunto tan importante para la ciudad, hay que proceder desde ahora a poner en marcha las acciones conducentes a las diferentes fases de la estructuración de la iniciativa desde los puntos de vista técnico, financiero y de selección de lugar indicado para su construcción.

El alcalde Acevedo, en ese sentido, puede proceder a dialogar con Findeter para retomar un asunto que había anunciado la pasada administración, pero sobre lo cual nunca se volvió a hablar.

Resulta que en julio de 2021, se señaló lo siguiente, “Terminal de Transporte: hoy Findeter anunció el aporte de $300 millones en recursos no reembolsables a través de su programa de responsabilidad social ‘proyectos que transforman’, para su prefactibilidad, la cual tiene un valor de $982 millones”.

Hay que hacer contacto con la entidad para ver qué sucedió con ese proyecto adicional de alto impacto para la región, establecer qué sucedió con esos estudios o si todo se quedó en un mero anuncio que no logró llevarse a cabo.

 Dicha gestión por parte de la Alcaldía hay que hacerla inmediatamente, así como debe empezarse a dialogar con las empresas transportadoras de pasajeros, el transporte de cargar, los potenciales inversionistas y con ministerios como el de Comercio Exterior, la Superintendencia de Transporte y el Ministerio de Transporte para entre todos conformar un equipo que facilite sacar el plan adelante.

En paralelo, a la administración junto con el Concejo y Planeación Municipal, les corresponde empezar a evaluar un plan de renovación urbana en toda el área de la actual Central de Transporte y sus alrededores, para que se trate de un proceso de gran impacto para la capital de Norte de Santander.

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