

En el vidrio trasero de numerosas de las busetas que cubren rutas urbanas en Cúcuta fue puesto el letrero de “se vende, la piratería los quebró”, en un mensaje que confirma la serie de males que lo afectan.
Resulta evidente, entonces, que la ciudad tiene que encontrar con urgencia la ruta para un adecuado sistema de transporte que movilice eficientemente a miles de usuarios de Cúcuta y de los municipios metropolitanos.
Como ha ocurrido con varias de las otras falencias que tiene la ciudad, en este aspecto son muchos los kilómetros de palabras, estudios y diagnósticos relacionados con las opciones para encontrar las soluciones adecuadas a este servicio vital para el bienestar ciudadano.
Los habitantes de la capital de Norte de Santander necesitan que se les garanticen rutas que cubran todas las comunas y barrios, con vehículos modernos compatibles con un medio ambiente sano y con las comodidades adecuadas.
Los usuarios se han quejado porque los automotores actuales que prestan el servicio no muestran las mejores condiciones y siguen a la espera de que la modernización del sistema se haga realidad prontamente.
Lo importante en este asunto es que el modelo que se disponga sea uno que surja de las condiciones naturales de la región para que tenga facilidades de adaptación, transformación, mejoramiento y ampliación que siempre tenga al usuario en el centro de la estrategia en cuanto a aspectos como conectividad, accesibilidad y desplazamiento con un óptimo servicio para transportar a los pasajeros.
En ese sentido, la ONU Habitat le ha planteado al mundo la opción de promover transporte público de alta calidad que asegure un servicio frecuente, rápido y directo, además de localizar estaciones de tránsito, viviendas, trabajo y servicios a distancias caminables entre ellas.
Contar con un transporte eficiente hace parte de la consolidación de ciudades sostenibles que les ofrecen una buena calidad de vida a sus habitantes y logran garantizarles los derechos a los ciudadanos.
Ese reclamo de que la piratería los está golpeando fuertemente llevándoles al borde de perderlo todo, es otra señal sobre la urgencia de aplicarle un cambio extremo a este componente de la movilidad metropolitana cucuteña.
Resulta de la mayor urgencia que se produzcan soluciones prontas y efectivas teniendo presente, por ejemplo, la afirmación de que un gran número de taxis estarían haciendo transporte informal en la ciudad, acabando rutas de buses en las comunas 3, 4, 7 y 8.
Lógicamente a esa clase de piratería podría ponérsele freno al igual que la que se hace por los mototaxis y los vehículos particulares no habilitados para el servicio de pasajeros, si en Cúcuta se toma la determinación de entrar definitivamente a movilizarse en un sistema de transporte seguro, asequible, accesible y sostenible.
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