La tranquilidad que disfrutaban los productores de palma en el país comenzó a socavarse con el incremento de las acciones de grupos armados al margen de la ley, en especial, en la región del Catatumbo, Norte de Santander. 

Esta situación preocupa a los palmicultores del país en un momento en el que el sector gozaba de una bonanza suscitada por el precio internacional del fruto y la tasa de cambio, y una producción récord de 1,8 millones de toneladas.  

Nicolás Pérez Marulanda, presidente ejecutivo de Fedepalma, informó que las acciones delictivas aumentaron 25% en 2022, triplicándose el hurto, las extorsiones y el secuestro. Además, de comercio ilegal del fruto. 

Explicó que los grupos delictivos acuden a las básculas de los comerciantes ilegales, para pesar las cuotas producto de las extorsiones, sin importar la calidad del fruto y el riesgo fitosanitario que representa para el hombre. 

Pérez reveló a La Opinión que en el Catatumbo las acciones están relacionadas con el robo de vehículos para sacar la producción hacia el interior del país, además de un comercio informal con Venezuela. 

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“ Catatumbo es una región importante, estimamos que hay entre 35.000 y 40.000 hectáreas de palma, la mayoría son productores de pequeña escala con gran aporte al desarrollo social y económico, pero con serios problemas de orden publico”, señaló Pérez. 

El presidente ejecutivo de Fedepalma expresó que la situación en el Catatumbo es compleja por la diversidad de grupos ilegales que han afectado a los palmicultores. “Ellos están comprometidos, pero necesitan condiciones básicas para cultivar”. 

Agregó que hay problemas logísticos para sacar el aceite de palma del Catatumbo por los robos de tractomulas que la llevan hacia los mercados de refinación en el interior del país, hechos que se han denunciado a las autoridades y se espera pronta solución. 

Sobre el robo de fruto y el comercio informal, el dirigente gremial dijo que en esa región de Norte de Santander se presenta el robo de aceite crudo, una vez sale de las extractoras hacia el centro de país. Pérez confirmó que sí hay un flujo informal, no exportaciones, que responden al mercado de la frontera. 

“Teníamos una gran expectativa con la reactivación comercial y diplomática con Venezuela, para recuperar ese mercado importante, pero hasta la fecha no ha sido posible. Aún hay problemas de pago, de orden comercial”, dijo Pérez a La Opinión durante el la versión 51 del Congreso Nacional de Cultivadoras de Palma de Aceite, en Barranquilla.  

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