En el entramado de luces y sombras que rodea la muerte de Mauricio Leal y su madre, Marleny Hernández, se alza una voz que entreteje dolor y sospecha. Angeline Moncayo, actriz reconocida y amiga cercana del estilista, rompió el silencio en una entrevista con el programa La Red Viral, desnudando el impacto de un crimen que la marcó para siempre y revelando la inquietante presencia de una sombra: Jhonier Leal, el hermano y verdugo. 

El 15 de noviembre de 2021, los cuerpos de Mauricio Leal, estilista de las celebridades, y su madre, Marleny Hernández, fueron hallados sin vida en su casa en La Calera. Una carta suicida firmada por Leal parecía explicar el suceso, pero inconsistencias en la escena despertaron sospechas. La actitud fría y distante de Jhonier Leal, hermano de Mauricio, pronto lo colocó bajo el escrutinio de las autoridades.

Las pruebas forenses descartaron el suicidio y señalaron un doble homicidio cuidadosamente planeado. A medida que la investigación avanzaba, testimonios y detalles pusieron a Jhonier en el centro de la tragedia. El 14 de enero de 2022, bajo la presión de las evidencias, confesó haber asesinado a su hermano y a su madre, motivado por intereses económicos. Su declaración estremeció al país y reveló una traición inimaginable.

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Durante el juicio, se destaparon tensiones ocultas entre los hermanos, sumando capas de horror a la historia. El caso sigue resonando como un símbolo de confianza rota y ambición desmedida, dejando una cicatriz imborrable en el imaginario colectivo.

Angeline conoció a Mauricio cuando apenas tenía 14 años. Su relación, que definió como de familia, fue un refugio en medio de la tempestad. Pero la llamada que recibió aquel fatídico día desmoronó su mundo. “Me dicen: ‘Encontraron a Mauricio muerto’, y todo se detuvo. Temblaba, corrí al carro y lo único que salió de mí fue: ‘Los mataron’”, confesó, evocando un ataque de pánico que convirtió el día en un lienzo oscuro.

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La actriz, decidida a buscar consuelo, contactó a Jhonier Leal, esperando hallar a un hombre destrozado por el dolor. Pero lo que encontró fue un abismo de frialdad. “Su respuesta fue cortante, distante. Me heló. En ese instante algo me susurró que había algo más”, relató. Las palabras de un amigo en común pronto confirmaron sus peores temores: “Jhonier los mató”.

Moncayo recordó las señales. “Nunca me generó buena energía. Había algo oscuro en él”, admitió, mientras describía la relación de los hermanos como un misterio que solo ahora comenzaba a comprender. La frialdad de Jhonier tras la tragedia se convirtió en una pieza más de un rompecabezas que ella, sin saberlo, ya había comenzado a armar.

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