El 74,6% de los venezolanos que llegó a Colombia desea permanecer en el país por las condiciones laborales, ingresos de vida, estudio, políticas, de seguridad y clima, entre otras, según los resultados de la sexta ronda de la Encuesta Pulso para la Migración (agosto-septiembre de 2023) publicados este mes.
De acuerdo con el informe, el 58,4% de los venezolanos tenía un trabajo al momento de la consulta. ¿Pero están cumplimiento Norte de Santander y Colombia respecto al Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) sobre el empleo decente para sus habitantes?
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La experta María Antonia Cuberos de Quintero, investigadora principal del estudio ‘Condiciones laborales de inmigrantes venezolanos en Cúcuta, Los Patios y La Parada (Villa del Rosario): ¿trabajo decente?’ (2022), indicó que “lo pretendido” por el ODS 8 sobre trabajo decente y crecimiento económico para 2030 “está muy lejos de cumplirse”.
Para la ONU, el trabajo decente significa ejercer una actividad productiva que forje ingresos razonables al empleado y preste protección social para la familia, facilidades para el desarrollo personal, igualdad de género, seguridad en el lugar de trabajo y, por supuesto, integración social, según Cuberos.
La profesora integrante del Centro de Investigación de Estudios Fronterizos (CIEF) y del Grupo Altos de Estudios de Frontera (ALEF) de la Universidad Simón Bolívar señaló que las condiciones laborales que se evidenciaron no corresponden a lo que pide la ONU y afectan la dignidad humana al no favorecer su calidad de vida y la de sus familias.
“Esto se motiva por la alta informalidad que se presenta entre los inmigrantes estudiados (80%). Para aquellos que laboran de modo formal (20%), no se puede decir que poseen un trabajo digno al no contar el 50% de ellos con contrato de trabajo, derivándose carencia de protección social”, precisó Cuberos.
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La académica sostuvo que se evidenció un acercamiento con respecto a la igualdad de género en términos de trabajo y de las oportunidades presentes en las mujeres para satisfacer las necesidades de sus familias y su aporte al sector productivo.
“Ahora bien, lo que evidenciamos con los inmigrantes venezolanos es parte de la realidad de los colombianos en el ámbito laboral. Colombia enfrenta el problema de la informalidad y Cúcuta no se escapa de ello”, expresó la docente.
A dos días de que se conozca el informe mensual del mercado laboral por parte del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), que corresponde a noviembre, el índice anual de desempleo en el país es 9,2% y en el área metropolitana de Cúcuta, de 12,4% (trimestre agosto-octubre). La informalidad pasó de 66,7% a 60,4% en la ciudad.
María Antonia Cuberos afirmó que hay un desvío en cuanto a creación de oportunidades de empleo, por ende, hay debilidades en el alcance de la meta para reducir el desempleo.
Sin embargo, manifestó que, en el informe del año pasado del Departamento Nacional de Planeación, la tasa de formalidad tuvo un pequeño aumento, también el porcentaje de población ocupada afiliada a administradoras de riesgos laborales y el de población adulta que posee algún tipo de producto financiero.
¿Qué ha avanzado y qué falta?
La investigadora María Cuberos señaló que se ha avanzado en la planificación, porque en el Plan Nacional de Desarrollo 2022-2026 se aborda la justicia social, al identificar que la baja calidad de los empleos promueve desigualdad e informalidad.
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Añadió que allí se piensa en la transformación de la economía productiva, considerando al capital humano como factor, y en que las personas pueden tener acceso a oportunidades que les faciliten ingresos. Además, se proyectan acciones para los jóvenes conducentes al mejoramiento de sus proyectos de vida.
Cuberos agregó que en la Ley 2294 de 2023 se plantean interesantes artículos, uno de ellos sobre política pública de trabajo digno y decente a cargo del Ministerio del Trabajo, extendiéndose a los niveles departamentales y municipales la formulación e implementación participativa de políticas públicas sobre este aspecto.
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La experta aseguró que falta ejecutar lo que se plantea en esa norma y tener la información actualizada sobre los indicadores que miden el crecimiento anual del PIB real per cápita y real por persona empleada, para conocer los desafíos con respecto a la tasa de desempleo.
Concluyó que la investigación realizada en Cúcuta, Los Patios y La Parada presenta la necesaria existencia de un escenario de humanización en el desarrollo, pues, “no se puede aislar a la dignidad humana a la dignidad del trabajador”.
Cuberos dijo que si el Estado busca alcanzar metas con respecto al Objetivo 8 de la Agenda 2030, debe contar con normas o lineamientos en el escenario de humanización en el desarrollo, que se implementen en el territorio y que, además estén alineados con las políticas migratorias.
El dato
El estudio de los investigadores de la Unisimón arrojó que la mayoría de migrantes que llegó al área metropolitana trabaja como vendedores de comercio y en mercados (45% mujeres y 33% hombres).
El segundo oficio más ejercido es el de trabajador de servicios (24% de las mujeres y 10,4% de los hombres).
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