En Colombia, acceder a financiamiento continúa siendo uno de los mayores desafíos para las pequeñas y medianas empresas (pymes), pese a que en la última década se creó un sistema de garantías mobiliarias que ha permitido a más de 406.000 empresarios obtener préstamos respaldados por bienes muebles o flujos financieros.
La herramienta fue diseñada para ampliar las opciones de crédito en un país donde el sistema financiero tradicional ha sido reticente a prestar sin respaldo hipotecario. Con ella, se buscaba que las pymes, responsables de casi el 90 % del tejido empresarial, encontraran nuevas formas de apalancar su crecimiento.
"Las garantías mobiliarias representan un cambio estructural para los empresarios del país. Más de 406.000 han podido acceder a crédito gracias a este mecanismo, pero todavía estamos lejos de que la banca lo adopte de manera generalizada", expresó en su despedida Julián Domínguez, presidente de Confecámaras.
Según estimaciones del Banco Mundial, el déficit de crédito para las pymes en Colombia supera los 30.000 millones de dólares, una brecha que limita su capacidad de innovar, exportar y generar empleo de calidad.
A esto se suma un contexto macroeconómico adverso: tasas de interés altas, desaceleración del PIB que crecería por debajo del 2% en 2025, según la OCDE, y menor liquidez en el sistema financiero.
“Las garantías mobiliarias son un avance innegable, pero no se han convertido en la norma dentro de la banca comercial. Muchos empresarios aún se enfrentan a trámites largos, costos elevados y falta de información sobre cómo acceder a este instrumento”, explica un consultor en financiamiento empresarial.
Lea aquí: Colombia inicia proceso para romper el TLC con Israel
En paralelo, Confecámaras fortaleció el Registro Único Empresarial y Social (RUES), que hoy concentra más de 300 millones de datos y proyecta alcanzar 3,5 millones de operaciones en 2025.
Para los analistas, ese acervo de información podría ser clave para superar las barreras de crédito si se articula con la evaluación de riesgo financiero.
"El gran salto pendiente es usar los datos empresariales como garantía de confianza. Con historiales sólidos, el crédito debería fluir más rápido y barato”, señaló el dirigente gremial.
El tema es particularmente crítico en regiones con alta informalidad y fragilidad institucional, donde las pymes no solo enfrentan dificultades para acceder a financiamiento, sino también para consolidarse frente a economías ilegales o inestables.
En esos territorios, las cámaras de comercio destinan gran parte de sus recursos a promover formalización y apoyo empresarial, pero el acceso al crédito sigue rezagado.
El debate se intensifica porque el próximo año será decisivo para el sistema cameral. Nicolás Botero asumirá la presidencia de Confecámaras con la tarea de consolidar avances y, sobre todo, de cerrar la brecha financiera que impide a miles de empresas crecer.
La expectativa del sector privado es que se logre conectar el potencial de las herramientas existentes con una política más agresiva de inclusión financiera.
Prensarenemora@gmail.com
Gracias por valorar La Opinión Digital. Suscríbete y disfruta de todos los contenidos y beneficios en http://bit.ly/SuscripcionesLaOpinion.