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“Aún el BMX hace parte de mi vida y hay Mariana para rato”
La reina del bicicrós y única colombiana con tres medallas olímpicas, dice que su tiempo en el alto rendimiento no ha terminado. Se siente fuerte para lograr nuevas conquistas.
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Colprensa
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Domingo, 8 de Septiembre de 2024

“¡Qué más regocijo que los brazos de una madre en medio del dolor de una derrota! “Lo di todo”, le dijo Mariana Pajón a su mamá Claudia Londoño. “Yo sé que sí”, le contestó la progenitora a la múltiple campeona mundial y triple medallista olímpica luego de su eliminación en semifinales de los Juegos de París-2024.

Y en medio de ese encuentro afectivo, en el que Mariana lloró de impotencia al privarse de luchar por una nueva presea, alguien interrumpió el fraterno momento para pedirle una foto a la reina del BMX.

 

Ella, con la nobleza que la caracteriza, accedió al pedido y posó para la cámara mostrando su fina sonrisa.


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Se puede decir que Mariana es una campeona del deporte, pero también un ser ejemplar en medio de las adversidades. Llegó a París lesionada y abandonó el torneo con la frente en alto, luego de demostrar que, a sus 32 años, aún tiene madera para el alto rendimiento.

Pero, ¿se retirará del bicicrós o pasará a otra modalidad en la que pueda extender su vida atlética? Tras el trago amargo de Francia, y ya con más cabeza fría, Mariana habló sobre su presente, y de sus expectativas de cara al futuro.

¿Hay reina del BMX para rato o París-2024 marcó su adiós del deporte?

Claro que sí, pero la reina se va a tomar un tiempo, un descanso, va a bajar las cargas, lo necesito físicamente y emocionalmente. Tengo algunas competencias este año, una de ellas en Florida. Voy a ir carrera por carrera. Pero todavía el BMX hace parte de mi vida, la bici es mi vida, entonces hay Mariana para rato.

¿Qué significa para usted saber que tras tantos años de carrera le sigue dando batalla a las nuevas figuras de este deporte?

Llevo 28 años haciendo bicicrós. Y me he encontrado en situaciones diferentes: empezar a montar, correr con hombres, después con mujeres mucho más mayores, y ganarles siendo joven. Luego empecé a tener más madurez deportiva. Ahora se llega a un punto en el que no soy la mayor de la categoría. En este momento, por ejemplo, el campeón olímpico tiene un poco más de mi edad y el deporte se ha vuelto más longevo. Ya no es normal retirarse tan joven. Vemos que vienen las generaciones nuevas, pero ahí les seguimos dando batalla.

 

Eso da a entender que está tranquila con lo que está haciendo...

Para mí significa muchísimo tener 32 años y estar ahí. Aunque mi objetivo era volver a estar en una final olímpica para pelear por una medalla, lo más bonito de todo esto era saber que tenía el nivel, la fuerza, la potencia y los tiempos. Eso me llena de orgullo.

¿Cómo hace para sacar una sonrisa y tomarse una foto en medio de la impotencia que genera quedar eliminada, como sucedió en los Juegos de París?

Muy pocas veces digo no a una foto. Debo estar completamente enferma o porque me toca salir corriendo a competir. Pero incluso le digo a esa persona que me espere que yo vuelvo. Yo creo que no hay excusa válida para no tratar bien a alguien cuando sienten cariño y respeto por uno.

¿Cómo describe lo que vivió antes y durante los Juegos?

Los Olímpicos de París fueron una experiencia hermosa. Sí fueron el reto más grande, no de mi carrera deportiva pero sí de mi vida, sobre todo por lo que tuve que vivir antes física y mentalmente. Entonces cuando no se cumple un objetivo después de que lo diste todo, después de que dejaste a un lado cosas tan importantes de tu vida, hay una impotencia muy grande. Pero en general todo el camino y lo que viví no se puede resumir en un resultado. Si bien es lo que uno espera y por lo que se entrena, no lo es todo. Con lágrimas, frustración o pensamientos negativos también hay una sonrisa. Y eso me lo saca la gente a mi alrededor, con sus comentarios tan hermosos.

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Hace unos cuatro años, producto de lesiones y otras razones no sabía si continuaría en el BMX, dijo que iba carrera a carrera, ¿para usted volver a unas olimpiadas y estar cerca de una final qué significó?

Antes de Tokio no sabía si de verdad iba a llegar a unos nuevos Olímpicos y si ya era el momento de retirarme. Más o menos en 2019-2020, cuando incluso llegó la pandemia, pensaba que ya era suficiente, que ya había ganado dos oros olímpicos y muchas cosas de mi carrera, todo lo que se puede lograr en el BMX, pero entendí que no lo era todo.

¿Qué sucedió entonces?

Cuando aprendí que ello no lo era todo, decidí hacerlo por mí, intentarlo, llegar a Tokio, y pues salió una cosa increíble, más de lo que esperaba. Después de lo que pasó en Japón (medalla de plata), que no solamente fue llegar allá con una lesión y decir, bueno, voy por mí, sino todo lo que pasó alrededor con mi esposo y demás, emocionalmente yo estaba afectada y físicamente también, entonces ahí sí decidí que ya era el momento. Lo puse en la balanza y giraba más para un lado, pesaba mucho más el momento de parar; hasta mi entrenador se fue a dirigir a los Estados Unidos. Pero la vida y Diosito me empezaron a mostrar que un resultado no lo es todo. Si bien sentía que estaba perdida y que era la ocasión para retirarme, eso no valía la pena, lo que importaba era seguir haciéndolo por mi familia, por mi esposo y por la pasión que yo sentía por el BMX. Por eso decidí llegar hasta París.

Hasta corrió los Olímpicos lesionada, ¿cómo ha hecho para levantarse ante tanta adversidad?

No mucha gente conoce el camino real de los deportistas. Llegan y prenden el televisor para ver las competencias, pero lo que pasa antes no mucha gente lo sigue, o nosotros ni lo compartimos. Yo estuve bastante lesionada, y era imposible montar así. El 100% de las veces que yo me montaba en la bici, que es mi lugar feliz, era doloroso. Ese dolor en el codo comenzó en 2019 y se agravó después. Este año ha sido una constante lucha, no es fácil de manejar. Entonces eso fue impresionante, pero llegar hasta allá me demostró la capacidad de aguante que uno tiene, de seguir, luchar y persistir hasta el final, duela lo que duela. También me lesioné la espalda antes de Olímpicos, estuve sin entrenar. Pero me levanto al saber que tengo un objetivo. Miro hacia atrás y veo lo que he luchado y siento que no lo puedo abandonar, la persistencia siempre gana.

Usted ya incursionó en el ciclismo de pista y hasta dejó huella internacional, ¿pero qué hay de cierto que se dedicará ahora a la competición en los velódromos?

Bueno, eso fueron especulaciones porque me vieron mucho en el velódromo después de Olímpicos. Quiero y admiro a todos los compañeros de pista y al profe (John Jaime González). Les debemos demasiado porque parte de mi entrenamiento también ha sido en el velódromo. Ya he competido en pista y hemos hecho una linda amistad. Ahora me voy a enfocar en descansar, en bajar las cargas. Yo no dejo ningún deporte, no dejo de seguir yendo al velódromo y a la pista de bicicrós. Seguiré yendo al gimnasio, pero sí tengo que bajarle el ritmo sobre todo de tanta concentración y carreras.

¿Cómo está el BMX femenino en este momento? ¿Se puede soñar en grande con las deportistas que la relevarán a usted?

Está en un nivel alto. Por ejemplo, en París la pista para nosotras se dividía en dos, con una recta más compleja y técnica que la de los hombres. El nivel en el mundo ha subido, ya tienen que poner las pistas más rápidas y técnicas para nosotras, y eso genera orgullo; significa que las nuevas generaciones también tienen un reto grande. Ahora no es solamente la que tenga alguna técnica, sino la que trabaje muchísimo la potencia y sea eficiente en la pista. Obviamente tenemos futuro, se puede soñar en grande, contamos con grandes nombres que vienen con sueños y anhelos gigantes.


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¿Qué se requiere para que ellas dejen legado como lo hizo usted?

Empezar a apoyarlas desde ya, que la parte privada y pública crean en esos procesos. No podemos esperar a que surjan como me pasó a mí. Talento hay, pero ellas requieren también de un alto nivel de responsabilidad, disciplina al 100% y de prioridades en la vida para lograr esos sueños que se quieren.

¿Qué hay de cierto en que aspirará a un cargo en el Comité Olímpico Internacional?

Estoy nominada para ser representante de los atletas ante el Comité Olímpico Internacional. Esa nominación era para seis candidatos, cuatro ya fueron elegidos. He tenido reuniones con el COI, y siempre he querido ser parte porque pienso que más allá de medallas y triunfos hay muchas cosas para trabajar; nuestra región tiene muchísimo hueco y nosotros podemos cerrar un poquito esa barrera teniendo una voz allá, aportando para facilitar las cosas, para traer becas, no solamente a los atletas que están en este momento en competencia, sino también en su postcarrera deportiva. Eso es lo que me llena de motivación para seguir trabajando por mi país y por mi región.

¿Qué siente del respaldo no solo de los deportistas de Colombia sino de otros países?

Ese cariño te motiva a hacer grandes cosas, a ir más allá, a luchar, a persistir en medio del dolor. Los mensajes, o esas personas que uno se encuentra en las calles y te expresan palabras lindas, te llevan a decir: ‘vale la pena luchar y aguantar’. Es lindo ser embajadora de mi país. Ante ello hay una responsabilidad con mi tierra.

¿Qué decirles a los que critican?

También a los que de pronto son jueces desde el sofá, los que critican tan fácilmente, los que nos tratan mal, les digo: ¿Qué necesidad hay, si hay un deportista que no le está haciendo nada mal a nadie, que está luchando por sus sueños, que está saliendo adelante, que está llevándole oportunidades incluso a su familia, y que está tratando de dejar el nombre de país en alto.

¿Qué opina del deterioro de la pista de BMX de Medellín y que lleva su nombre?

Es triste porque nosotros, antes de Juegos, nos tocó salir y entrenar en otros lados. Es peligrosa y no avanza la solución. Nosotros tenemos esa oportunidad de viajar y entrenar en Bogotá o salir del país, pero ¿qué va a pasar con estas nuevas generaciones? Y ya se está viendo en algunos resultados a nivel nacional y demás. No contar con un escenario óptimo cuesta bastante y nosotros teníamos una pista muy linda. Dejarla en ese abandono es doloroso, ojalá se solucione pronto.

¿Qué siente al saber que en gran parte por usted el BMX de Colombia tuvo el auge anhelado?

Para mí fue impresionante ver la cantidad de niños y, sobre todo niñas, que empezaron a participar y a querer inscribirse en diferentes clubes y organizaciones para hacer BMX después del 2012, luego de lo que se consiguió en esos a Juegos Olímpicos, que no solamente fue mi resultado. Ahí fue donde me di cuenta de que tenía una responsabilidad gigante, y es un orgullo inmenso poder saber que hay personas que quieren ser como uno, que quieren conseguir lo que has logrado, y que se puede, que es real. Para mí lo más lindo es ver a todos esos deportistas como unos soñadores.

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