Su abuela vivía en una casa antigua, de las tradicionales cucuteñas con un enorme patio y en ella tenía aves enjauladas, que siempre le llamaron la atención. Cuando preguntaba por qué estaban tras una reja, su cariñosa abuela guardaba silencio y compraba jaulas más grandes para no hacerlo sentir mal.
Alicia Mendoza Cristancho duró seis meses agonizando y su nieto, Samir Alberto Quintero Mendoza, asumió que su cuerpo era su jaula y su espíritu el ave que voló cuando el día final llegó, en 2016. De ahí, que el talentoso artista cucuteño tenga una fuerte carga conceptual de aves en sus obras.
En el Museo La Memoria de Cúcuta inauguró su ópera prima, una magistral exposición que tiene sus orígenes en una investigación de más de seis años y que lleva por nombre Paisajes olvidados.
“Hablo de un contexto en el que paisaje no es lo que siempre nos han dicho, como las montañas o un jardín. Es la esencia del ser humano al percibir algo que lo conmueve y a partir de ello trabajo mis obras”.
Quintero, arquitecto de la Universidad Francisco de Paula Santander y artista de la Universidad Industrial de Santander, fue escogido entre seis creadores con trayectoria para tener su ópera prima, la cual estará abierta al público hasta el 18 de febrero.
En concepto del curador del Museo La Memoria, Luis Miguel Brahim Martínez, “las pinturas de Quintero persiguen una reinterpretación del paisaje, una deconstrucción con aspectos teóricos y plásticos. Hay una clara voluntad por recuperar la esencia del paisaje desde una posición romántica actualizada”.
Luis Miguel Brahim Martínez, curador del Museo La Memoria.
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Recorrido en sala
Las amplias salas del Museo La Memoria permiten conocer con minucia el trabajo de Quintero, en el que se aprecian contrastes de color y blanco y negro, logrados con técnicas como acrílico sobre lienzo y humo de vela sobre cartulinas.
“Tengo varias ramas de investigación. Están paisajes de la memoria fronteriza, que hablan de la esencia del migrante y de lo que sienten en un país ajeno. Otros son paisajes donde abordo la perspectiva del ser humano y planteo cómo se le están absorbiendo los colores a la naturaleza, a los animales”.
En estos últimos cuadros, de gran formato, se aprecia la fusión que hace el artista de sus conocimientos sobre arquitectura y arte, con animales como pájaros, aves que le recuerdan a su abuela, que aparecen en blanco y negro con un colorido fondo cargado de conceptos.
En otras obras se aprecia su destreza para crear arte con humo de vela y las sillas que son comunes a varias de las piezas, están inspiradas en sus abuelos, quienes acostumbraban a sentarse frente a la casa y cuando alguno faltaba, el otro salía con dos sillas a esperar.
“Ver a tantas personas el día de la inauguración fue satisfactorio, entre ellos a mis primeros maestros: Julián Morinelli y Mauricio Rivera”.
En el camino para ser artista Quintero siempre tuvo el apoyo de sus padres, Miguel Gregorio Quintero Morales y Yamile Mendoza Cristancho. Su esposa, Lorena Guerrero, y sus hijos, son los compañeros de aventuras artísticas.
“El arte y la cultura hacen de Cúcuta una ciudad con proyección. Haber logrado la ópera prima en mi tierra es motivo de orgullo y agradezco al equipo que lo hizo posible, al maestro Brahim, a la Fundación El Pilar, al creador del catálogo Eduardo Sandoval y a los montajistas Daniel Grimaldo y Carlos Laverde”.