Sus guitarras son idénticas, azules con manchas grises. Las adquirieron iguales como un símbolo de la amistad que crearon tras conocerse en la escuela de formación musical de Villa del Rosario.
Ellas, Verónica Zapata González, de 13 años, y Zharick Nicolle Duque Pimiento, de 12 años, disfrutan de la música al punto de que las horas se convierten en minutos cuando juntas leen partituras y le dan vida a temas como El limonero, un bambuco.
Las pequeñas que habitan en los barrios Gramalote y Antonio Nariño, ahora disfrutan más de los ensayos y con alegría, salen de sus casas con destino a la reconstruida Casa de la Cultura de Villa del Rosario, que cuenta con un moderno salón para el aprendizaje, insonorizado y con vasta dotación.
Como ellas, en la antigua casona que por cinco años estuvo destruida, reciben educación más de 500 niños que pertenecen a las escuelas de formación artística del municipio, en áreas como literatura, danzas, artes plásticas, teatro y audiovisuales.
La edificación, que recientemente fue entregada al municipio por la ministra de Cultura, Carmen Inés Vásquez, se convirtió en sede de las escuelas y en el epicentro de la cultura, hasta donde acuden diariamente decenas de niños con el sueño de pulir sus talentos para el arte.
“Venir a clases en esta casa es una aventura, el ambiente es agradable, hay comodidad y lo más importante, podemos aprender al tiempo que hacemos amigos”, dice Alexan Fabrice Silva Barrera, de 10 años, quien vive en el barrio San Martín.
Sentado en una larga mesa de madera junto a una decena de niños, el pequeño contó cómo ha aprendido de impresionismo, a colorear, a dar sombras y a perfeccionar el dibujo manga, para el que no se requieren tantos detalles.
“En enero ingresé a la escuela de artes plásticas y la cantidad de técnicas que hay para aprender me tienen emocionado. El camino de las artes inculca valores y permite que como niños podamos expresarnos y ser libres”, argumenta el pequeño.
El formador de artes plásticas, Lucio Melo, reafirma el planteamiento de su alumno y agrega que al tener todas las escuelas funcionando en un espacio como la Casa de la Cultura Francisco de Paula Santander, se permite la integración entre los menores y, por ende, hay una diversidad de saberes.
Junto con la apertura de la Casa también se recibió dotación por parte de la Secretaría de Cultura del departamento, en una inversión superior a los 500 millones de pesos.
En el caso de artes plásticas se le entregaron caballetes, vinilos, pinceles, carboncillos, colores y una variedad de papeles.
Áreas como la de música, a la que pertenecen Verónica Zapata y Zharick Duque, tienen una completa dotación tanto en instrumentos de cuerda como de viento.
Edwin García, formador musical de cuerdas, destaca que uno de los logros es la creación de la orquesta de guitarras, conformada por nueve jóvenes que leen partituras. “En total, en la escuela son 22 muchachos que han aprendido de manejo de tiempos y de la importancia de los silencios al tocar”.
La Casa de la Cultura abre todos los días y tiene inscripciones permanentes a los procesos formativos. Para ello, los menores deben ir acompañados con uno de sus padres y tras indicar a cuál escuela quieren ingresar, deben presentar una fotocopia del documento de identidad, una foto tipo carné y manifestar a qué servicio de salud están afiliados.
Una de las áreas que ha tenido buena receptividad es la de audiovisuales, actualmente orientada por Juan Camilo Ayala. “Tengo 15 niños que hacen parte de un programa base en el que aprenden de los orígenes del cine para luego pasar a la práctica”.
Para ello se cuenta con cámaras profesionales, trípodes y un sistema de iluminación. “Lo fundamental es tener las ganas de aprender y de compartir el conocimiento. La metodología que utilizamos es vivencial y se permite que los niños y jóvenes exploren”.
Las experiencias de los formadores y de pequeños como Alexan, Verónica y Zharick, son el reflejo de la importancia de las artes en la vida del hombre.
Además, como lo afirmara la ministra Vásquez durante la reapertura del bien de interés cultural de carácter nacional, las manifestaciones artísticas son herramientas poderosas de transformación social y frente a ello se requiere mantener experiencias como la de Villa del Rosario, donde la unión de la nación, el departamento y el municipio permitió el resurgir de la Casa de la Cultura.
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Bien cultural
La antigua casona que sirve de sede a la Casa de la Cultura data de 1890 y en la antigüedad allí funcionó la cárcel de Villa del Rosario (1967). Posteriormente sirvió como sede de la Alcaldía y del Concejo.
El inmueble es considerado bien de interés cultural de carácter nacional y está ubicado en la carrera 8 con calle 4 del barrio Bellavista, zona céntrica de Villa del Rosario, a un costado del parque principal.
En mayo de 2012, la Casa de la Cultura se derrumbó como consecuencia de las filtraciones de agua originadas por el invierno. Por cinco años el inmueble estuvo en abandono y se convirtió en guarida de animales callejeros.
En septiembre del año pasado los trabajos de reconstrucción culminaron (se invirtieron 1.656 millones de pesos). Las obras se ejecutaron en una alianza de la Gobernación con el Ministerio de Cultura y la Alcaldía de Villa del Rosario.
En mayo de 2012, la Casa de la Cultura se derrumbó como consecuencia de las filtraciones de agua originadas por el invierno.
La antigua casona fue reconstruida por medio de una alianza entre el Ministerio de Cultura, la Gobernación y la Alcaldía.
