Un grupo de 33 bibliotecarios del departamento fortalecieron sus conocimientos en estrategias de lectura y reflexionaron sobre la importancia de estimular el hábito en los jóvenes, como parte del Seminario Jóvenes Lectores que se cumplió en la Biblioteca Pública Julio Pérez Ferrero.
Durante esta semana la actividad educativa fue liderada por la Biblioteca Nacional de Colombia, que escogió a Norte de Santander como epicentro para la ejecución del seminario este año, teniendo en cuenta los resultados que en materia de lectura se han dado.
El líder de los proyectos de lectura de la Biblioteca Nacional, Johan Bedoya Cáceres, explicó que desde el ente nacional se tienen tres grandes iniciativas, tales como: Biblioteca escuela, jóvenes lectores y primera infancia.
“El seminario busca dotar de herramientas para que se puedan construir programas de lectura en las bibliotecas públicas de los municipios, teniendo como público a los jóvenes”.
Durante esta semana se revisó lo conceptual, el funcionamiento de las bibliotecas y se exploraron metodologías de trabajo que les permitieron a los bibliotecarios reconocer nuevas estrategias para innovar con los jóvenes de sus municipios.
De acuerdo con Bedoya, la mayoría de los participantes del seminario son bibliotecarios e integrantes de la Red de Lectura de Cúcuta.
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Para poner en práctica lo aprendido durante las jornadas teóricas y de ejercicios en el seminario; los bibliotecarios hicieron el viernes intervención con jóvenes de colegios de la ciudadela Juan Atalaya.
En concepto de Bedoya se espera que al regresar a los municipios, los gestores creen o fortalezcan programas como clubes de lectura, tertulias o la hora del cuento. “La recomendación es que las iniciativas tengan impacto a mediano y largo plazo”.
En años anteriores la misma actividad llegó a ciudades como Villavicencio (Meta), donde se logró pasar de espacios autónomos a colaborativos con excelentes resultados.
Una de las bibliotecarias más activas durante el seminario fue Alexandra Blanco Villamizar, del municipio de La Esperanza.
“La filosofía es la de un espacio de puertas abiertas para niños, jóvenes, adultos y ciudadanía en general. Trabajo con niños víctimas de desplazamiento que han encontrado en la biblioteca un medio para hacer tareas, hablar, reír, jugar y dibujar, entre otras”, dijo Blanco.
A la bibliotecaria el seminario le permitió reconocer nuevas herramientas para innovar, especialmente con los niños y jóvenes vinculados a los clubes de lectura. Diariamente tiene 60 visitas, en promedio.