No obstante, son diversos los retos y desafíos que diariamente enfrenta la comunidad de Santa Teresita, los cuales afectan la cotidianidad de sus cerca de 2.500 habitantes que lo conforman.
Sin escenarios
Desde hace años, la comunidad viene trabajando en pro de obtener los recursos necesarios para construir algunos escenarios con los que a la fecha no cuenta el barrio, convirtiéndolo en uno de los mayores desafíos en Santa Teresita.
Es una ironía el hecho de que el barrio, que rinde honor a Teresa del Niño Jesús, no tenga una iglesia donde celebrar las sagradas eucaristías u otras actividades litúrgicas, hecho que afecta más que todo a los residentes católicos.
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Acorde a Flórez Jaimes “el no contar con un centro religioso, los habitantes, sobre todo adultos mayores, deben recorrer grandes distancias y trasladarse hacia los barrios aledaños como San Luis”.
A la par de la falta de un centro religioso, se le suma la de un polideportivo y un salón comunal, en aras de promover el deporte, la recreación y sobre todo mantener viva la tradición de integrar a la comunidad, hecho que impulsaría la construcción de estos espacios.
Según se conoció, los habitantes de Santa Teresita han hecho esfuerzos para entablar mesas de diálogo con las diferentes Alcaldías, pero hasta el momento el barrio sigue sin estos lugares de esparcimiento.