Cúcuta es una de las ciudades de Colombia que más ha crecido sobre terrenos privados, por lo que no resulta extraño que una de las peticiones más recurrentes de los vecinos, en las jornadas de construcción del Plan de Desarrollo del alcalde Jorge Acevedo, sea justamente la de entrega de títulos de propiedad.
Lo hicieron los vecinos de la Comuna 7 el jueves y, este viernes, en la Comuna 8 no fue la excepción. Y es que justamente en estas dos zonas, el 75 por ciento de sus habitantes no posee escrituras de su predio, dijo Juan Carlos Bocanegra, director de Planeación Municipal.
Wilson Palacios, presidente de la Junta Comunal del Barrio Nueva Esperanza, indicó que solo en su sector aspiran obtener unos 3.000 títulos en esta administración, lo que permitiría formalizar a los más de 60 barrios que aglutina la Comuna 8, de los cuales 42 son consolidados y 22 todavía son informales y con condición precaria.
“Queremos solicitarle al alcalde, que como parte del Plan de Desarrollo, se nos permita esa documentación, para legalizar sobre todo los asentamientos humanos informales, para poder acceder a los programas de los gobiernos municipal y departamental. Es uno de los grandes proyectos”, dijo.
Para ello se plantea la implementación de la Ley 2044, que establece la obligación de los municipios y distritos de iniciar los procesos de legalización y regularización urbanística de los asentamientos humanos, que permitan reconocerlos como barrios legalmente constituidos.
Al respecto, Bocanegra indicó que en su última visita, la Ministra de Vivienda, Catalina Velasco, se comprometió a enviar los recursos “para que la municipalidad pueda comprar esos predios y hacer todo este proceso de legalización también”.
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Salud y vías
Otra de las propuestas hechas al Plan de Desarrollo tiene que ver con el mejoramiento de los centros de salud que prestan servicio a la Comuna 8.
“Estamos buscando que el Policlínico de Atalaya sea elevado a un hospital de segundo nivel”, dijo Palacios. A respecto hay que recordar que ese era uno de los proyectos que se habían planteado en la anterior gestión pero que no llegó a concretarse. Lo mismo pide para el puesto de salud El Rodeo, que sirve a la parte baja de la Comuna, el petitorio es que sea elevado a Unidad Básica.
Mejorar el estado de las vías es otra de las prioridades, sobre todo las vías terciarias, que “nunca las han pavimentado”, aseguró el líder comunal del Barrio Nueva Esperanza.
Igual situación se presenta en el Barrio Belisario, donde las condiciones de las vías es tan precaria que el transporte público no llega a todos los sectores, por lo que muchos vecinos deben caminar en ocasiones hasta nueve cuadras para alcanzar el transporte público, que aparte no es tan regular, pues puede demorar entre 40 minutos y una hora, situación que los deja a merced de la inseguridad que predomina en el sector.
“Hay gente que trabaja en Cenabastos y tiene que salir de madrugada, entonces salen y los atracan”, dijo Freddy Vega, presidente de la Junta Comunal del Barrio Belisario, quien aunque reconoció que la Policía hace constante patrullaje, debido a la extensión del barrio no alcanza a brindar seguridad en todo el perímetro.
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Servicios públicos
Por la situación de informalidad de muchos de los barrios, la prestación de los servicios públicos no es la más eficiente, sobre todo en el caso de los 22 asentamientos humanos que están en condiciones informales precarias, que se surten de agua por pilas públicas y modalidad de recarga en el consumo eléctrico, donde se hacen cobros desproporcionados. Allí la administración municipal intentará redistribuir unos recursos a fin de lograr algunos subsidios.
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Para que una familia de estos asentamientos pueda recargar 10 mil pesos de energía eléctrica, deben estar al día con el pago de aseo, de lo contrario no le recargan; adicionalmente, presentan un problema con Aguas Kpital, por una presunta deuda de más de 13 mil millones de pesos, cuando los vecinos aseguran estar paz y salvo en sus facturas. En este caso, piden revisar el manejo de las dos asociaciones que llevan el control de la pila: Fundación BC y Nuevo Hogar, dijo el representante de Barrio Nueva Esperanza.
Por otra parte, Veolia cobra barrido de calles y despapel en sectores donde las calles son de tierra, como La Fortaleza, El Talento, Girón, Valles de Girón, La Isla, La Fe, Campo Alegre, Espino, entre otros; mientras que en el caso del alumbrado público, “hay 416 postes sin una luminaria y nos cobran 32 mil pesos de alumbrado público”, dijo Wilson Palacios.
Allí la administración municipal intentará redistribuir unos recursos a fin de lograr algunos subsidios.
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