En la Comuna 1, desde la avenida primera hasta la avenida cuarta, y a lo largo de ocho calles, entre  la 18 y la 10, se extiende el barrio La Playa, sector que concentra los principales lugares de interés histórico y cultural de Cúcuta pero, que al igual que el resto de la ciudad, se ha visto impactado por una situación de deterioro general. 

La presencia de habitantes de calle en conductas inapropiadas, proliferación de animales sin dueño, el aumento de las basuras, dispuestas de manera indiscriminada en las esquinas; además del deterioro del espacio público, producto de los daños en vías y andenes, así como un alumbrado deficiente, han afectado el paisaje, restándole interés turístico.  

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Es por esta razón que desde la Secretaria de Cultura de Norte de Santander adelantan una iniciativa justamente para rescatar este casco histórico, que conserva los vestigios de la Cúcuta nueva, que surgió tras el devastador terremoto de 1875.

“Quisimos articular una primera mesa técnica de trabajo institucional con todos los actores que conviven en el barrio La Playa, enfocado en el rescate del patrimonio cultural y por supuesto en el rescate de los valores que deben tener los ciudadanos”, dijo Martha Marí a Reyes Parra, secretaria de cultura. 

El objetivo de esta reunión era hacer una primera aproximación a las situaciones que más afectan el día a día de los vecinos y empresarios que hacen vida en el sector. 

Inseguridad

Luz Esperanza Castro, vicepresidenta de la junta de acción comunal del barrio La Playa, señaló que el principal problema es la inseguridad que está atravesando la comunidad. 

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Explicó que actualmente están expuestos a un asedio por parte de algunas personas que se trepan por los árboles para espiar a los residentes de las casas, además alcanzan los tejados y se desplazan por ellos con diferentes intenciones. 

Llamó la atención de los organismos competentes para que hagan las podas correspondientes a los árboles, para evitar este tipo de situaciones y del deterioro del tendido eléctrico, que también es vulnerado para extraer el cobre. 

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Explicó que esta situación es consecuencia de la “pobreza silenciosa” que atraviesan muchos vecinos, que están jubilados y sus salarios de hoy no alcanzan para cubrir el mantenimiento de sus casas, muchas incluso en riesgo de embargo por deudas con el municipio. 

“Hay que buscar mecanismos para que las podas las hagan unas veces Corponor, otras Centrales Eléctricas, la alcaldía o la gobernación”, dijo la vocera vecinal. 

Luz Esperanza Castro llama a una participación activa de los habitantes del barrio, porque “aunque los comerciantes también apoyan y están interesados en el tema, los verdaderos dolientes somos los moradores, los que  lo hemos visto avanzar, pero también estancarse en la problemática actual”, dijo. 

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