El origen del barrio Cundinamarca, ubicado en la comuna 9, se remonta al año 1920; sin embargo, hace 105 años este sector nació como un asentamiento denominado Ramal Fosforito. Dicho nombre rendía homenaje al apodo que los primeros habitantes le tenían a su fundador, Marcos Durán.
Hacia 1946, cuando llegó el momento de legalizarlo para poder contratar el servicio de energía, fue el mismo Marcos quien tomó la decisión de nombrarlo Cundinamarca. Aunque se desconocen los motivos, la decisión fue aceptada por tratarse de uno de los líderes más queridos.
Poco tiempo después, en un lote de la calle 11, se construyó un teatro que, según afirmaron los habitantes, era usado para proyectar películas mexicanas en blanco y negro. Durante casi 20 años este lugar se convirtió en uno de los puntos insignia del barrio.
Según recordó Edwar Peña, quien lleva siete décadas viviendo en la zona, este teatro reunía a un gran número de personas todas las noches. Explicó que el sitio funcionó hasta 1970, cuando se construyó allí la capilla Santísima Trinidad, hoy convertida en parroquia.
Peña detalló que la construcción de la iglesia fue iniciativa de un habitante español que vivía en el barrio por esa época.
De acuerdo con registros históricos, frente a la capilla funcionó un mercado tradicional, luego un comedor infantil y, finalmente, se construyó el Instituto Técnico Alejandro Gutiérrez Calderón, como iniciativa de líderes sociales ante el auge urbano y comercial que se vivía.