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Cúcuta
Así fue la ayuda del Banco Diocesano de Alimentos a las poblaciones vulnerables en 2024
El Banco Diocesano de Alimentos de Cúcuta hace parte de la red de banco de alimentos del país, conformada por 25 centros de acopio.
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María José Salcedo
Lunes, 9 de Diciembre de 2024

La comida no se vota, bajo este principio se rige la Fundación Banco Diocesano de Alimentos “Monseñor Oscar Urbina Ortega” de Cúcuta, que cierra el 2024 con la sensación del deber cumplido, luego de lograr en el año la entrega de 676.236 kilos de comida, es decir, más de 600 toneladas, impactando en 61.575 personas. 

El padre Carlos Eduardo Escalante, director El Banco Diocesano de Alimentos, destacó que esto fue posible gracias a la colaboración de un grupo de empresas de la ciudad que cada vez se suman a la misión de acopio, con el único objetivo de luchar por la seguridad alimentaria de las poblaciones más vulnerables no solo de Cúcuta, sino de todo Norte de Santander.

Escalante explicó que la labor de acopio se ha logrado luego de hacer entender que todos los alimentos son aprovechables incluso cuando ya no son aptos para el consumo humano. 

“Le pedimos a los comerciantes que no voten esta comida, que sepan que hay una institución que se la recibe, que recupera esos alimentos, los selecciona y los que están aptos para el consumo humano se le entregan a las personas y a las familias más vulnerables”, dijo el sacerdote. 

¿Qué se hace con el sobrante? El padre Escalante que los alimentos que no van a las mesas de las familias, se destinan al consumo animal, y los que ya han alcanzado el nivel de descomposición se usan para compostaje agrícola, mientras que los desechos sólidos, como cajas de cartón, botellas y plásticos se someten a un proceso de reciclaje, “aquí absolutamente nada se pierde”, reiteró. 

Señaló que los dos principales aportantes del Banco Diocesano de Alimentos en Cúcuta son la Central de Abastos y Postobón, sin embargo, tienen otras empresas que hacen sus aportes en pequeña escala pero que son igual de importantes. 

Como incentivo para los donantes y a fin de atraer a nuevos aportantes, el padre Escalante destacó el alivio tributario que reciben quienes decidan sumarse a la causa de los bancos de alimentos. 

“El pasado 15 de julio de este año, el Congreso de la República aprobó una ley  para los bancos de alimentos, que consiste en un beneficio tributario único del 37 por ciento, es decir, que va a haber una reducción en el impuesto de renta para aquellas empresas que donen alimentos, implementos de aseos, transporte o hagan aportes económicos para sostener esta obra social”, explicó. 

Comunidad beneficiada

Respecto a las comunidades que se benefician del Banco Diocesano de Alimentos, su director señaló que actualmente hay cerca de 700 familias que reciben su aporte del banco a través de 23 asociaciones, a las cuales no solo se les da alimento, sino que también reciben otro tipo de apoyos, como capital semilla para el desarrollo de emprendimientos, o también apoyo espiritual. 

Asimismo, desde esta fundación se apoya a tres ancianatos de la ciudad, guarderías como la Niña María, el Hogar Santa Rosa de Lima, se respaldan programas dirigidos a la infancia a través de la Corporación Minuto de Dios, además de cinco comedores de la ciudad. 

Pero los aportes no se limitan solo al área metropolitana, sino que también trasciende a otros territorios, por ejemplo, recientemente entregaron 700 mercados a familias afectadas por las lluvias en La Gabarra y Tres Bocas. 

De igual forma, se continúa con la asistencia a la población migrante, que representa el 48 por ciento de las ayudas entregadas. 

Expectativas 

La expectativa del Banco Diocesano de Alimentos es seguir creciendo en 2025. Actualmente, en la red de bancos de alimentos del país, conformada por 25 centros de acopio, ocupa la categoría pequeña, a pesar de contar con una infraestructura grande. 

“Nuestro objetivo es seguir creciendo, queremos ampliar la capacidad de almacenamiento del galpón, para poder hacer una correcta separación de los donativos y así evitar la contaminación cruzada”, explicó el padre Escalante. 

Para el 2025 espera que el número de aportantes se incremente, en este sentido, señaló que ha venido reuniéndose con diferentes empresarios del departamento para concertar nuevas ayudas  y “seguir luchando por un región sin hambre”, dijo. 

 

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