Terminó un semestre más para el Cúcuta Deportivo en el torneo de la B, el ascenso una vez más quedó a la vera del camino y el regreso a la máxima categoría se ve más lejano que nunca.
El sábado pasado, el once rojinegro en su visita al Atlético Huila en la última jornada de los cuadrangulares finales del Torneo II-2024, los dirigidos por Bernardo Redín tenían en sus manos la clasificación a la final, pero la dejaron ir. Dependían de sí mismos, pero al equipo le faltó jerarquía para lograr el objetivo trazado.
Los motilones jugaron con el resultado de Santa Marta entre Unión Magdalena y Real Cundinamarca cuando los dos partidos manejan el empate y eso para el Cúcuta hasta ese momento era suficiente.
Contrario al Unión que sabía que su única alternativa era ganar independiente de lo que sucediera en Neiva. Al final fueron los que se quedaron con el cupo a la final y con la felicidad de regresar a la A, un año después de haber descendido.
Cúcuta por su parte, en dos temporadas (2023 y 2024) no lo ha podido conseguir al anhelado ascenso y continuará otro año más remando en volver a la máxima categoría del rentado colombiano, la cual no juega desde 2020, cuando perdió el reconocimiento deportivo y después desafiliado de la Dimayor por los problemas financieros y administrativos.
Luego resucitaría en el segundo semestre de 2022 en la categoría B y desde entonces ha intentado ascender sin ningún éxito.
Muchos tienen la idea que el paso a la final se perdió en el primer penalti que erró Jaime Peralta y el no haberle ganado al Atlético en el partido decisivo de la fecha, puede ser, pero no es así.
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Cúcuta perdió y se autoeliminó del torneo porque no tuvo las convicciones futbolísticas para derrotar a su rival al que no le pudo ganar durante la temporada.
Pero más allá de eso, perdió por la negligencia de sus directivos que en los últimos cuatro semestres realmente no saben qué es lo que quieren, cambios de técnico cada tres meses cuando el equipo ha marchado bien en la clasificación y de un momento a otro deciden despedirlos.
En esta última etapa, como aconteció 2022, el vallecaucano, Bernardo Redín vino a pagar un ‘conato’ de incendio que logró controlar y dos años después se repite la misma historia.
Un equipo perdido, sin ideas, casi desahuciado para llegar a las finales, tras la pésima campaña de su homólogo Álvaro Hernández, el ‘Doblemente Glorioso’ volvió a recurrir a Redín quien de nuevo con su mano ‘milagrosa’ le devolvió la confianza y seguridad a los jugadores quienes en un intento por cumplirle a la abnegada y sufrida afición, batallaron cada partido como una final, pero no les alcanzó.
Faltó temperamento
Tras el juego contra Atlético Huila el técnico Bernardo Redín fue claro en su balance y admitió que su equipo no estuvo a la altura para pensar en la final y el sueño de ascender.
Y no está lejos de esa realidad, en la cancha se reflejó eso. Un equipo que quiere llegar a una final, no puede jugar por fracciones un partido clave donde se encontró tres goles más por errores de su rival que por las virtudes que mostró el Cúcuta en la cancha.
“No competimos pensando en una final, pienso que vinimos como a cumplir, el equipo no se comportó como conjunto para jugar una final”, afirmó Redín.
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El entrenador caleño recalcó que a sus jugadores les faltó temple y temperamento para afrontar el último partido.
“Quisiera tener en mi equipo jugadores del temperamento de Mauricio Duarte y el compromiso que tiene. Con el 70 % de jugadores y el carácter que tiene Mauricio, nosotros hubiéramos alcanzado la clasificación para ir a jugar la final”.
Del mismo modo, reconoció que “la falta de definición hoy no nos tiene en la final. Contra Huila en Cúcuta tuvimos muchas opciones y no marcamos. Contra Cundinamarca (Real), igual. Anotamos tres goles más por empujones, por las ganas, pero pienso que el primer tiempo pudimos haber tenido el partido igualado y haberlo buscado mejor en el segundo tiempo”.
En ese sentido, al Cúcuta le faltó carisma para tener la pelota en su poder, pero nunca supo cómo quitársela al Huila y de ahí el resultado final.
Sobre la continuidad al frente del equipo para la temporada 2025, Redín dio a entender que quiere seguir, pero debe sentarse a dialogar con el mayor accionista del equipo José Augusto Cadena Mora y ver cuáles son planes que tiene después rotundo fracaso.
“Esperemos a ver, quiero la ciudad, quiero el equipo porque me han tratado bien. Sé que se pueden conseguir cosas grandes, ya nos sentaremos con la junta directiva a ver qué sigue de aquí para adelante”. Aseveró. El técnico vallecaucano.
No hay disculpas
Entre tanto, Mauricio Duarte que estuvo en la rueda de prensa fue duro en su autocrítica, pero real, al manifestar que “fue un fracaso más”, que le duele como jugador y a la ciudad.
En cuanto a lo personal indicó que “Intenté dar todo en cada partido. A la hinchada no hay que decirle nada. Este es un fracaso más, no se cumplió. No se puede pedir disculpas, solo dar la cara (frentear la situación), siempre la daré”, expresó el nortesantandereano con los ojos aguados por la impotencia de no haber logrado el paso a la final, pero reiteró que en medio de la tristeza no hay más que seguir luchando y perseverando para volver a la máxima categoría.
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