Cada vez más entran a las filas del mercado laboral local, regional y nacional cientos de graduandos a engrosar el talento calificado que tanto buscan las empresas de hoy. Jóvenes y adultos, preparados por una Institución de Educación Superior (IES) en diversas áreas del saber, empiezan a abrirse camino con un título que lograron conseguir entre cuatro y cinco años: el pregrado o la carrera profesional.
¿Y después qué? Quedarse con el diploma de profesional no es una opción viable para un mundo cada vez más exigente. Además, las ventajas competitivas que trae consigo un posgrado, sea una especialización, maestría o doctorado, amplían el espectro de posibilidades para seguir aprendiendo o profundizar un tema, fortalecer capacidades investigativas en un área determinada, ampliar el relacionamiento y los contactos profesionales, así como las oportunidades para enganchar laboralmente en un peldaño laboral más alto o ascender en el que ya se está trabajando.
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Según el Observatorio Laboral para la Educación (OLE) del Ministerio de Educación Nacional, a medida que se avanza en la formación profesional se incrementan los salarios y las tasas de vinculación, es decir que “estudiar si paga”.
La Universidad Simón Bolívar, que los últimos cuatro años ha ampliado su oferta de posgrado considerablemente, cuenta actualmente con 11 maestrías, 12 especializaciones y un doctorado.
En la más reciente ceremonia de graduación, que se realizó de manera híbrida (presencial y virtual) en el Teatro Zulima, la Maestría en Familias y las especializaciones de Procesos de Intervención Social, Gestión de Tecnologías de la Información y Gerencia de Proyectos entregaron sus primeros egresados, un logro no solo para la Universidad sino para Norte de Santander y el país.
Grecia María Pérez Guerra, fue una de las magísteres en Familias. Es madre, solidaria y emprendedora, una mujer que académicamente sobresalió en los pilares de la excelencia. Hace parte de la Secretaría de Salud, en el Área de Salud Pública de la Alcaldía de San José de Cúcuta y lidera la Dimensión de Convivencia Social y Salud Mental y los Procesos de Participación Social. Además, ha articulado procesos intersectoriales e interinstitucionales en los temas de violencia basada en género.
“Estudiar en la Universidad Simón Bolívar ha sido ¡excelente, fabuloso, estupendo! Conté con docentes locales, nacionales e internacionales de una alta calidad; expertos que me permitieron ampliar mis conocimientos frente a las diferentes dinámicas de la familia”, expresó Pérez.
Por otro lado, Aslin Masías Moreno, una de las especialistas en Procesos de Intervención Social, es una joven magangueleña, perseverante, dedicada y estudiosa, trabajadora social de profesión y estudiante de Licenciatura en Inglés.
Hace parte del primer programa con enfoque diferencial Más Mujer, Más Ciencia, Más Equidad del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, el cual busca el fortalecimiento de las mujeres en su crecimiento personal y profesional, la transformación de las realidades y el mejoramiento de los proyectos de vida.
“La Unisimón es un espacio increíble para adquirir conocimientos y nos brindó la oportunidad, para aportar y construir. En mi experiencia conté siempre con docentes y colegas que, a través del estudio, han hecho un aporte significativo a mi carrera”, dijo Masías Moreno.
Con la Especialización en Procesos de Intervención Social, la trabajadora social busca ampliar el rango de acción como profesional, y de esa manera retribuir y contribuir a la comunidad donde se encuentra inmersa en el mejoramiento de la calidad de vida y la transformación de sus realidades sociales.
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Por su parte, Miguel Camilo Bautista Rivera, es un ingeniero de sistemas que a sus 23 años de edad, ya es especialista en Gestión de Tecnologías de la Información. Se desempeña como comunity manager en la empresa Aog Logística y Eventos S.A.S. en Bogotá y también como miembro del equipo de soporte tecnológico para Amserving S.A.S. en Cúcuta.
En lo académico siempre ha sobresalido por su dedicación al estudio y una inquietud de investigar e indagar sobre determinados temas. En lo personal se define como un hombre bastante leal, honesto y empático.
“Me gradué como ingeniero de sistemas en la Unisimón y continué mi cadena de formación con el posgrado. Directivos y profesores buscan que los miembros de la institución se sientan en un ambiente tranquilo y puedan ser profesionales íntegros para el mañana. Es muy gratificante y estoy muy agradecido de ser parte de la familia Unisimón”, señaló Bautista.
Los tres profesionales destacaron además, que desde sus actuales cargos, el posgrado les significa complementar su formación académica, gestionar cambios y ser innovadores ante los retos del futuro.
Y el factor económico no es problema, pues el abanico financiero es más asequible debido a la alta demanda de expertos que requiere un país que recién empieza el núcleo del proceso de reactivación económica del coletazo de la pandemia.
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