Las dificultades de un vivero
“Al inicio, Corponor, por un proyecto que se hizo con diez viveros, nos regaló la malla, los troncos, la polisombra, ladrillos, bolsas, abono y algunas semillas, pero lamentablemente no se hizo sostenible y ahora solo dos se mantienen en pie”, relató Irene González.
Con las dificultades económicas de la situación actual, un pequeño proyecto de plantas suculentas es lo que las ha sostenido.
“Estamos agradecidas con las secretarías de la mujer, tanto de la Gobernación como de la Alcaldía, porque nos han permitido participar en ferias en las que conocemos clientes potenciales que se interesan en temas ambientales”, agregó Irene.
Aun así, son pocas las entidades que conocen de su labor, pero mantienen la esperanza de que alguien se fije en este grupo de mujeres jefas de hogar que quieren y tienen los conocimientos para trabajar en pro del medio ambiente.
Conozca: La familia Rueda Domínguez se ha dedicado durante dos décadas a fabricar ataúdes.
Por compensaciones de ley, expresó Belén González, la mayoría de empresas direccionan sus proyectos con viveros de otras ciudades, en lugar de trabajar con los locales.
Una de las estrategias de las hermanas será grabar un video explicando la situación que enfrentan los viveros en la ciudad y enviarlo al presidente de la República.