Comienza una nueva administración del gobierno nacional que encabezará a partir de esta fecha Gustavo Petro, lo cual marca un giro hacia otra tendencia política, la que había estado en la oposición y la cual se hizo más férrea frente al gobierno de Iván Duque hasta el punto de desprestigiarlo y conseguir convencer a los votantes que su opción era la mejor para el país.

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Así entramos en esa ola que se observa en los países de América latina con los gobiernos de izquierda, por ello muy pronto y antes de empezar a ejercer sus funciones el nuevo gobernante ha tendido lazos de amistad hacia los gobernantes de las naciones afines. Así por ejemplo, el canciller colombiano ya adelantó conversaciones para reabrir las relaciones diplomáticas con Venezuela y por esa misma vía hacer la reapertura de la frontera. La vicepresidente Francia Márquez adelantó una gira por Suramérica y se entrevistó solo los mandatarios y dirigentes que hacen parte de este mismo eje político. 

Las reformas que hará este gobierno ya están cantadas, algunas desde la misma campaña presidencial y otras que con acelerado ritmo han trabajado los congresistas que iniciaron la presente legislatura el pasado 20 de julio que, como es sabido aglomera alrededor de Petro no solo a los partidos que conforman el Pacto histórico, sino que incluyó a otros que al vaivén de la burocracia transitan de un lado para otro e incluso estuvieron daño apoyo al saliente gobierno, la dinámica de la política es lo que se dice en estos casos para explicar tales conductas. Entre tanto la oposición quedó reducida y con poca capacidad de maniobra.

Por lo menos una docena de iniciativas están en curso y la urgencia es notoria en el Congreso para dar aprobación a las mismas, entre las que se destaca la reforma tributaria que a todas luces nos grabará con mayores impuestos, la Policía será trasteada de ministerio y otra vez reformada. También está la reforma del hambre, de esta todavía se sabe poco. Habrá una nueva reforma agraria y del sistema de salud, creación de nuevos ministerios y la trasformación del Congreso de la República junto a una reforma política.   

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Escoba nueva barre bien, es el mensaje que el presidente quiere enviar al país y para ello cuenta con la participación de los congresistas adheridos a su gobierno. De estos se esperaba también el anunciado cambio, pero las primeras puntadas que han dado acaban con esa ilusión. Muchos estaban esperando que los sueldos y prebendas de los congresistas se redujeran, en un país con marcadas desigualdades, tantas como ellos mismos nos las recuerdan cada día. Pero eso no es posible porque hay que pagar los gastos de la campaña que los llevó a ocupar una curul, según las mismas expresiones del presidente del senado Gustavo Bolívar. Otros han dicho que se puede modificar pero no será para el presente, sino para el futuro, con aplicación a partir del año 2026. Los métodos habituales fueron puestos en práctica con la elaboración de la lista de aspirantes a ocupar el cargo de contralor general. Así que, nada ha cambiado.

Estaremos atentos al inicio de gobierno y sus ejecutorias y sobre todo para velar porque las promesas de campaña se hagan patentes y no pase lo mismo que ocurrió las ofensas y palabrería que se dijeron y se justificaron después con un “eso son cosas que se dicen en campaña” Pronto sabremos si vamos a vivir sabroso.

jorgepabonl@yahoo.com

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