El año va a terminar mal. El Informe de Seguimiento Mensual del DNP de diciembre informa que el crecimiento del PIB en el tercer trimestre fue apenas del 1,2% anual, el segundo más bajo en los últimos 12 años, inferior al 3,3% registrado en el mismo periodo del año anterior y a los de países latinoamericanos como Perú (4,4%), México (2,0%) y Chile (1,6%).
En comparación con un grupo representativo de países en el mundo, Colombia está entre los de menor crecimiento, mientras que Perú está arriba. Los sectores que más crecieron en Colombia fueron construcción (5.8%) y servicios financieros (3.8). La industria creció moderadamente (2%) pero gracias a la refinación que a pesar de los descalabros asociados con la puesta en marcha de Reficar es la que mantiene vivo al sector industrial (junto con la molinería y los sectores de productos derivados de metal y de bebidas). La agricultura tuvo un retroceso de 1.7 por ciento, el comercio se ha desacelerado, la producción de agua y energía eléctrica también cayeron, como lo hizo el transporte y el sector de minas y canteras que continua cayendo.
En comparación con Brasil, Chile, México y Perú solamente el desempeño de Brasil en cuarto trimestre de 2015 fue peor que el de Colombia. En agricultura la caída de la producción en Colombia fue menor que la de Brasil, pero crecieron los otros tres países. En minas y energía Perú creció notablemente, Chile mantuvo su producción y Colombia, México y Brasil decrecieron, en ese orden. En industria crecieron Perú, Colombia y México. En construcción, el único país que creció fue Colombia. Cada vez es más necesario que Colombia se dé cuenta de que sin industria y sin agricultura no hay paraíso posible, y haga esfuerzos para corregir la languidez de su trayectoria reciente.
El sector eléctrico se ha convertido en un verdadero cuello de botella e impedimento para el crecimiento de los demás sectores productivo. No van a florecer la industria ni los servicios si se va la luz cada dos o tres horas y si no se invierte en generación y distribución de electricidad.
El consumo de hogares y el del Gobierno crecieron menos durante los primeros tres trimestres de 2016 que en los del año anterior, la inversión cayó en los tres trimestres de este año. Hay que resaltar que se aprecia un repunte relativo de las exportaciones no tradicionales y de algunos minerales, pero siguen cayendo las exportaciones totales.
La tasa de desempleo de octubre (8.3%) fue muy cercana a la del año anterior, la tasa de ocupación fue de 60.8 por ciento, de acuerdo con el informe de DNP, la tasa global de participación fue 66.3 por ciento.
El subempleo parece haber cedido y el nivel de ocupación en los últimos dos años es uno de los más altos de la década. Esta situación no va a perdurar si no ocurre algo significativamente positivo en la economía colombiana, que no se anticipa que suceda en 2017 aunque parece que ese año va a ser ligeramente mejor que el actual.
Es hora de que el gobierno y el sector privado asuman con toda seriedad la tarea de restructurar la economía para que crezcan la industria, la agricultura y los servicios de mediana y alta tecnología, y con ellos las exportaciones.