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Sería el más grande honor, morir por la democracia: Lilian Tintori
Las legítimas instituciones venezolanas sucumbieron ante la arbitrariedad, la brutalidad y la corrupción del régimen bolivariano.
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Sábado, 8 de Abril de 2017

Desde cuando Hugo Rafael Chávez Frías, asumió la Presidencia en 2001, se inició la toma de la justicia, el Congreso, la prensa y los demás centros de poder, por un populista de izquierda, disfrazado de demócrata. Muerto este, Nicolás Maduro, continuó la tarea hasta el punto de que su gobierno hoy se reconoce internacionalmente, como una burda y grotesca banda dictatorial. Sus jueces de bolsillo, representados en el Tribunal Supremo de Justicia, acaban de dar un golpe de Estado, asumiendo ilegalmente las funciones legislativas; más de 137 disidentes, están arbitrariamente en la cárcel; los militares se han tomado todos los cargos de mando en el gobierno y él impide que el pueblo pueda manifestarse en las urnas, al oponerse a toda posibilidad de elecciones.

En una palabra, las legítimas instituciones venezolanas sucumbieron ante la arbitrariedad, la brutalidad y la corrupción del régimen bolivariano. Es lo mismo, con algunas pequeñas diferencias, lo que ha ocurrido en Ecuador, con el gobierno de Rafael Correa, quien busca reelegirse en cuerpo ajeno, en la persona del candidato oficialista, Lenin Moreno, quien perdió las elecciones frente a Guillermo Lasso, a quien el Consejo Nacional Electoral, a través del fraude, le ha pretendido robar el triunfo. El pueblo ha salido multitudinariamente a las calles, durante 5 días seguidos, a protestar, exigiendo un recuento total de votos, so pena de incendiar al país, si fuere necesario.

En Colombia, no hace mucho tiempo, un populista redomado, pretendió, fraudulentamente, perpetuarse en el poder. Gracias a la oportuna decisión de la Corte Constitucional, quien revocó la posibilidad de su segunda reelección dicho personaje no pudo lograrlo, pues de no haber sido así, hoy lo tendríamos en su cuarto mandato y luego convertido en un dictador indestronable. Durante su mandato, un grueso número de quienes fueron sus ministros y personajes más cercanos, fueron a parar a la cárcel, con sentencias condenatorias. Él está libre, porque ninguno se atrevió a denunciarlo, o porque la prescripción archivo sus procesos.

La marcha e indignación contra la corrupción, debería encausarse para mejorar la democracia y corregir el desviado rumbo del país. Pero no para servir de trampolín, a quien debiera encabezar la lista.

Nota: El personaje llamado Angel, que en la novela “El Comandante”, de RCN, aparece como compañero y amigo de Hugo Chávez, desde la Escuela Militar, hasta la Presidencia de la República, en donde le reclama duramente sobre su insensibilidad con las víctimas de la avalancha en el Estado Vargas, y sobre el trato déspota contra los periodistas que fueron a entrevistarlo a Palacio, exigiéndole que modere su vocabulario con el pueblo y se preocupe, de verdad, por los asuntos que atañen a los mas pobres, en la vida real es el actual gobernador del Estado Zulia, Francisco Arias Cárdenas, con quien estuvo distanciado, habiéndolo buscado posteriormente Chávez, para reconciliarse. Arias Cárdenas, ha sido uno de los miembros mas humano, sensato y estructurado del llamado movimiento revolucionario bolivariano de Venezuela.

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