Amables Lectores: Desde que tenemos uso de razón nos acosan unas preguntas: ¿Qué seré cuando sea adulto? ¿Qué voy a hacer para ganarme la vida? El trabajo es una realidad necesaria que nos acompaña la mayor parte de nuestra vida. El hacerlo nos permite proyectar una imagen positiva ante la sociedad, mejorar nuestra autoestima, desarrollar habilidades y obtener ingresos para satisfacer necesidades básicas.

El fracasado vive por inercia y la palabra “Crear” para él, solo está en los diccionarios y no en su trabajo ni en sus relaciones. Su vida es solo rutina. Una crisis es el impulso que posiblemente necesitan los indolentes para salir de su pasividad y atreverse a cambiar y crear. Se debe salir de la zona de falso confort para liberar la imaginación, no te acomodes en el sillón de la rutina.

“La satisfacción en un trabajo ayuda a que la persona tenga un excelente desempeño y que impacte en los objetivos del empleador”, afirma la columnista Mónica Forero, y añade que de esta forma encontrará sentido a su existencia.

La confianza en ti mismo es la convicción que te mueve a sentirte bien, seguro y lograr las metas. Cuando alguien dedica tiempo a practicar con el computador aumenta su confianza en la habilidad para usarlo.

Escribe el columnista Gonzalo Gallo: “Afirmar,  visualizar y agradecer (AVA) es una técnica eficaz porque el empleado alcanza lo que anhela y se debe repetir hasta crear un hábito”. La mejor defensa ante la apatía es desarrollar una verdadera autoconfianza. Si dudas de ti mismo resultará complicado conquistar tus metas. Con el amor a ti mismo se debe cultivar simultáneamente una genuina humildad. Valora tus dones sin ego y asume las fallas con sencillez, admirando lo bueno de los demás y abierto al trabajo en equipo.

Los directivos deben medir la satisfacción de sus empleados para crear mayor motivación. En Colombia un alto porcentaje de las compañías consideran importante ofrecer beneficios adicionales como auxilios de estudio, trabajo remoto, seguros de vida; pero no obstante lo anterior entre las edades 20 a 29 años se observa en los empleados una rotación del orden del 74%.

Se concluye que aunque las empresas se esfuercen creando programas para formar entre sus funcionarios  y jóvenes mayor compromiso y fidelidad, los resultados obtenidos no han sido los mejores. Según Stephen Covey: “Si una organización logra mantener la conexión entre el propósito personal del empleado y los objetivos del negocio, habrá mayor compromiso hasta convertir el propósito de cada individuo en el principal activo de la compañía”.

Las áreas de Recursos Humanos deben identificar el “Para qué” de la persona que van a contratar. Ver si sus habilidades se conectan con las necesidades de la empresa. Se deben estudiar qué otros talentos ocultos tiene el futuro colaborador y cómo lograr que alcance todo su desempeño. Las actividades propuestas deben estar enfocadas a las necesidades de cada individuo. La clave es reconocer que cada persona es distinta y que tiene un  propósito diferente y así se encontraría “El por qué se hace lo que se hace cada día”.

Se debe actuar “Ahora”, porque es el único momento que se tiene seguro. Decía un proverbio Hindú: “El ayer no es más que un recuerdo y el mañana un fugaz anhelo con traje de incertidumbre, actúa bien, ahora”.

Aplazar es solo un engaño y es causa de grandes dificultades.