Durante el primer trimestre del año las gobernaciones y alcaldías están trabajando de manera ardua y concentrada en sacar adelante los denominados “planes de desarrollo” que permitirán la carta de navegación de las administraciones en cada nivel y que deben estar coordinadas con el Plan Nacional de Desarrollo (PND) para lograr objetivos medibles y eficaces, en beneficio de la población.
Dichos planes deben ser concertados con toda la comunidad y deben responder a diversos factores reales tales como el contexto, los recursos de financiación, las prioridades y los sueños a futuro de donde se quiere llevar a largo plazo a los gobernados.
No pueden ser en absoluto simplemente validadores de lo que el candidato en campaña propuso y para llevarlo a cabo realiza unas reuniones de legalización de estas metas particulares; al contrario, es una construcción participativa, técnica y, ante todo, resolutiva de situaciones que lleven a tomar decisiones de transformación real.
Un plan de desarrollo es una herramienta de gestión que busca promover el desarrollo social en una determinada región. Este tipo de plan intenta mejorar la calidad de vida de la gente y atiende las necesidades básicas insatisfechas. El concepto de plan de desarrollo está emparentado con las acciones de Gobierno, y sus políticas públicas y sus estrategias.
Incluye una visión estratégica de futuro, ya que pretende ofrecer soluciones que se mantengan en el tiempo. De esta manera, los planes deben ser sostenibles, con mejoras que quedan en la sociedad aun cuando el plan concluya y el gobernante de turno democrático salga y lleguen los nuevos.
Un plan es un modelo sistemático que se diseña antes de llevar a cabo una acción, de modo tal que ésta pueda ser dirigida a los fines deseados; por lo tanto, un plan establece las intenciones y directrices de un proyecto.
Por otra parte, la noción de desarrollo refiere a acrecentar o dar incremento a algo. Por otro lado, el desarrollo humano está vinculado al progreso social, cultural o económico. Pero ¿qué beneficios nos deja el PND?: El Plan Nacional de Desarrollo nos ayudará a aprender del pasado, a retomar lo construido, a reconocer el presente, a visionar el futuro, a plantear nuevas ideas y a convertirlas en triunfos. Este será un manual que nos enseñará que, con amor, esfuerzo, trabajo en equipo, y dedicación nuestros sueños pueden hacerse realidad.
Ahora bien, se entiende como desarrollo la condición de vida de una sociedad en la cual las necesidades auténticas de los grupos o individuos se satisfacen mediante la utilización racional, es decir, sostenida, de los recursos y los sistemas naturales. En términos económicos implica que para la población hay oportunidades de empleo y satisfacción de al menos las necesidades básicas.
Norte de Santander y cada uno de sus 40 municipios debe evaluar su situación actual, fortalecer lo que viene funcionando y proyectar a corto, mediano y largo plazo lo que se quiere para cada uno de los territorios.
Debemos ser muy técnicos y soñadores, tener en cuenta la opinión de quienes participan en la elaboración de estos, y pensar que cada plan es evaluado y medible. Debemos romper paradigmas, retarnos con hechos innovadores de gran escala. No debemos temer al progreso como lo hicieron nuestros antepasados, debemos salir del parroquialismo y aprender de lo internacional. Es nuestro deber para con las futuras generaciones. Menos decir, más hacer. “La clave de un crecimiento sostenible no es producir menos, sino hacerlo de forma diferente”.