Hace unos días, por este medio de comunicación, se registró la noticia relacionada con la ilegal y mortal modalidad de “entretenimiento” denominada piques sobre el Anillo Vial Oriental en la cual la Policía Nacional, inmovilizó varias motocicletas e impuso comparendos a otros ciudadanos.

De inmediato, algunas personas que lideran esa peligrosa forma de divertirse, se pronunciaron ante la Alcaldía de Cúcuta, exigiendo la definición de espacios para conducir sus motocicletas a toda velocidad, situación negada de plano por la autoridad municipal.

Es importante comentar que el pique de motocicletas no es nuevo en esta administración, pero si es la primera vez sino por el contrario, es la primera vez en muchos años que un funcionario se atreve a poner orden en semejante irregularidad y más cínicos, aquellos que piden espacios para realizar a sus anchas, el peligroso juego.

Al respecto, es preciso señalar que en Colombia no existe ni un solo acto administrativo que legalice esa forma de divertirse y mucho menos, el permiso para accidentarse poque más temprano que tarde, la frecuencia de accidentes aumenta y sus efectos, se reflejan en la utilización del Seguro Obligatorio de Accidentes de Tránsito (SOAT, cuyo valor seguirá subiendo con o sin accidentes y eso pudo demostrarse durante el primer año de la pandemia, en la cual el flujo vehicular se redujo en grandes proporciones, pero no en el costo del Soat.

Frente a la solicitud de los moteros que practican ese “jueguito” para que les definan espacios, es realmente ilógica porque nadie concede permiso para violar las normas de tránsito, como si lo hacen estas personas, porque es muy probable que muchos de esos vehículos no posean siquiera la documentación que les permitiera transitar legalmente por las vías de nuestra geografía.

Es probable que varios acróbatas del motociclismo esperen que les sea devuelto su vehículo, con el argumento que es su medio transporte y el de su familia y también es muy probable que ese joven practique los piques a escondidas y cuando es atrapado por la autoridad, acusa daños en sus bienes e injusta aplicación de la norma.

Concluyo que los piques son una práctica ilegal y mortal que debe ser controlada por las diferentes autoridades y llamar a la cordura a esas personas que liberan adrenalina, para que la euforia apunte a otros resultados. Aplaudo la decisión de poner en orden la casa y mantener la decisión de controlar a estas personas que prácticamente piden permiso para accidentarse.