
Recientemente escuché por un noticiero nacional que un grupo de congresistas de izquierda, acompañados por otros del Partido Liberal y Cambio Radical, presentaron en el Congreso de la República un proyecto de ley para extinguir, o mejor, tratar de extinguir las obras inconclusas.
Desde hace mucho tiempo se conoce como “elefantes blancos” los proyectos de obras de infraestructura que tienen respaldo de recursos públicos y que siguen sin terminar por falta de planeación o corrupción. Además de averiar los fondos estatales causan inseguridad en el entorno donde se iniciaron y abandonaron.
También comprende determinados activos o propiedades cuyo costo termina siendo mayor que el beneficio, y si estiramos más el concepto un elefante blanco es una posesión que supone una carga. Y los encontramos por todo el país: embalses, parques, hospitales, colegios, viviendas de interés social y seguramente hasta puentes.
¿Por qué se les llama “elefantes blancos”? Disculpará el lector la transcripción que hago del periódico Portafolio: “El concepto tiene su origen en Asia, más específicamente en Tailandia. En la antigüedad, cuando este territorio era conocido como Siam, los elefantes blancos eran considerados sagrados, por lo que solía ser un regalo muy popular entre monarcas como símbolo de honra y prestigio.
La historia cuenta que esta era una práctica que los reyes también realizaban con aquellos súbditos que habían perdido su simpatía. Al tener que asumir todos los gastos que representaba el cuidado de este animal, no solo no podían sacar ningún provecho de su propiedad, sino que en la mayoría de casos estos terminaban en quiebra”.
Vale preguntarnos si es necesario este proyecto de ley, o si una vez aprobado, sancionado y promulgado el mismo, por lo menos disminuirán los casos de “elefantes blancos”. Lo dudo. Todo lo contemplan las normas penales, disciplinarias y son el hazmerreír de los transgresores.
A lo anterior hay que agregar que con tanto escándalo nacional, como el de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres -UNGRD- el gobierno nacional decidió reformar el Sistema Electrónico para la Contratación Pública (SECOP), con el argumento romántico, oye bien, de “modernizar el sistema, reducir costos y mejorar la eficiencia”.
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El próximo viernes 28 de marzo, a las 4: p. m., en su sede de la calle 8 No. 3-47, la Academia de Historia y la Sociedad Bolivariana, ambas de Norte de Santander, sesionarán conjuntamente para celebrar los 275 años del precursor de la independencia suramericana Sebastián Francisco Gabriel Antonio de Miranda Rodríguez y Espinoza - Francisco de Miranda -. Los discursos de orden los pronunciarán los presidentes de ambas corporaciones: Olger García V. y Patrocinio Ararat Díaz, respectivamente.
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