…tradición del año, unos van alegres y otros van llorando.
Empezamos este relato con la estrofa de la conocida canción de la Billo’s Caracas Boys, que tanto recuerdos nos trae de las navidades de antaño. Y es que su letra, enclavada en una alegre melodía, más allá de ser una canción navideña, es un retrato de la vida real de muchas personas. Si bien, cada día existe una mayor evidencia arqueológica y científica sobre la existencia de Jesús, no ocurre así con la fecha de su nacimiento, que es lo que venimos a celebrar el 25 de diciembre, y es posible que sea una fecha escogida por la Iglesia Católica por algún motivo de conveniencia,pero si al caso vamos, esto es lo de menos, la verdadera emoción está en que lo creamos y de esta manera compartamos la alegría de ese día, y cuando somos grandes recordemos lo que nos parecía más importante: los regalos y las fiestas con la familia.
Los viejos miramos atrás y la nostalgia nos invade nuevamente cada diciembre, esos encuentros con tíos y primos, la cena de navidad, los patines y bicicletas que han evolucionado con el tiempo a celulares y videojuegos, pero siempre que se pueda, con el fondo musical de Pastor López.
La Navidad trae consigo el deseo de ser bueno, y al que ya lo es, de ser mejor. Nos esforzamos por hacer sentir bien al prójimo dentro de las posibilidades de cada quien. Se hacen cenas navideñas en las empresas, se llevan regalos y tamales a los adultos mayores y a los niños pobres, en fin, se aprecia un aire de cordialidad, empatía y compañerismo en la mayoría de las personas.
Sin embargo, la canción lo dice, unos estamos alegres mientras otros van llorando. Por supuesto que la letra de esa composición se basa en lo material “hay quien tiene todo y sus navidades son alegres, hay otros muy pobres que no tienen nada”. De manera que, si lo económico es importante y el gesto de gastarse una platica con los seres queridos, y más aún, con personas que no conocemos pero sabemos que están necesitados, nos da alegría; también la riqueza afectiva nutre, y nutre mucho. Ya sabemos que este mundo actual nos impulsa a querer tener mucho, y cuando ya se tiene mucho, a querer tener más, pero son pocos escuchados los que pregonan que hay que cuidar la familia. Esto, probablemente no se publicita tanto porque la mayoría de las veces es gratis, o muy barato. Lo otro de lo que nos olvidamos es la salud, que si bien no se puede comprar, si se puede agradecer, y me preguntarán a quién le voy a agradecer que no esté enfermo, pues sencillo, en primer lugar al cumpleañero, que según nuestras enseñanzas católicas es el que nos cuida, y si no cree en eso, pues a la vida, a la suerte, a lo que sea, el hecho es darnos cuenta que tenemos la dicha de estar en casa, mientras otros están en clínicas y hospitales y ni se diga de quienes se encuentran privados de la libertad por allá en las montañas.
Entonces a disfrutar este cumpleaños de Don Jesús, que ahora llega a los 2025 años.A compartir algo de dinero con los allegados, pero recuerden guardar para enero porque todos nos quejamos de que es un mes duro.No nos pase como al saltamontes, que se gastaba toda la plata y luego le pedía a la hormiga que le prestara, porque ella si había ahorrado en diciembre (bueno, en el verano). ¡Feliz Navidad!
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