Son muchas las canciones que la gente canta a finales de cada año, relacionadas con el año que termina y el que empezará. Las emisoras repiten y repiten las canciones que estuvieron de moda hace muchos años y que, por esta época, vuelven a ponerse de moda. Los conjuntos musicales, que amenizan la temporada decembrina, siempre tienen dentro de su repertorio tan añejas y tan sabrosas canciones, que provocan sacar pareja. Los viejos suspiran con nostalgia recordando los tiempos aquellos, y los muchachos también las escuchan y las bailan, sin entender muy bien por qué a los sesentones les gustan esas canciones.
Una de las más arraigadas en la costumbre popular es la canción Yo no olvido al año viejo, compuesta por el colombiano Crescencio Salcedo y hecha famosa por el mejicano Tony Camargo, cuya voz se sigue escuchando año tras año: Yo no olvido al año viejo porque me ha dejado cosas muy buenas/ me dejó una chiva, una burra negra, una yegua blanca y una buena suegra.
No creo que muchos puedan decir que les dejó una buena suegra, pero la canción la cantan y la bailan. Tal vez si Crescencio compusiera este año la misma canción, diría: Yo sí olvido al año viejo porque me dejó cosas no buenas/ me dejó otro nóbel, diecinueve por ciento, mucha mermelada y una paz a medias.
Otra famosísima canción es la que dice Faltan cinco pa´las doce el año va a terminar/ me voy corriendo a mi casa a abrazar a mi mamá. El autor es Oswaldo Oropeza y el primer intérprete fue el cantante venezolano Néstor Savarce, pero el que la hizo famosa fue el colombiano Aníbal Velásquez. A más de un borrachito de la media noche del 31, se le sale el chorro de lágrimas con mucosidades al escuchar esta canción. Y más de un accidente de tránsito ocasionan los que corren en el carro para llegar a tiempo a la casa porque ya faltan cinco pa las doce.
Cómo no mencionar a Guillermo Buitrago, intérprete de La víspera de Año nuevo estando la noche serena, canción que se sigue escuchando cada vez que se acerca el cambio de año, y cuyo autor es el compositor costeño Tobías Pumarejo. Esta canción tiene más de setenta años y aún sigue siendo una de las infaltables en las parrandas decembrinas.
Un feliz año pa’ ti, un feliz año pa’ él, un feliz año pa´todos, es otra pegajosa e inolvidable canción, que se escucha por todas partes en los últimos días de diciembre. Su verdadero nombre es Oh luna que brilla en diciembre, y es original de Los Tucusitos, una agrupación venezolana, pero la han hecho famosa orquestas como la Billos, Los Melódicos y otras.
Hay otras muchas canciones que sólo se escuchan cuando se acerca el cambio de año, de modo que siempre hay un ritmo para pasarla sabroso desde que empiezan las novenas bailables hasta que se van los reyes magos. Después del seis de enero, se recogen los pesebres, se le quitan las bolas al árbol de Navidad, se desinstalan las luces de colores y al fondo de los discos viejos van a parar las tonadas de diciembre, a la espera de que llegue el otro diciembre para ponerlas de nuevo a sonar.
Ahora sólo quedan guayabos, nostalgias y bolsillos vacíos o desequilibrados. ¡Y un feliz año, a veces con suegra y todo!