Fiel al principio de que siempre sale lo que no se espera, la aparición del coronavirus a principios de año y su rápida propagación han provocado pánico a nivel mundial, el cual ha llevado a los gobiernos a implementar medidas como las cuarentenas y la prohibición de ingreso de personas procedentes de determinados países. El impacto económico de esta inesperada situación se ha visto reflejado en las estrepitosas caídas de las bolsas de valores de todo el mundo.
Como si no fuera suficiente esta amenaza del virus, los gobiernos de Arabia Saudita, en representación de los países de la OPEP, y Rusia como país aliado, no lograron ponerse de acuerdo para bajar la producción de petróleo en 1.5 millones de barriles diarios con miras a apoyar su precio. Como reacción Arabia anunció el aumento de la producción hasta 12.3 millones de barriles diarios, a lo que Rusia respondió con un aumento de 500.000 barriles más por día. La sobreoferta y la baja demanda generaron la caída libre de los precios del crudo.
A la libre caída de los precios del petróleo se agrega la devaluación de las monedas de los países emergentes, como el peso colombiano que ha llegado a $4.040 por dólar. La razón de esta pérdida de poder adquisitivo se debe a que ante el temor de una posible recesión económica los inversores buscan refugio en activos considerados seguros como el oro y la deuda de países como Estados Unidos, Alemania y el yen japonés.
Como reacción al anuncio del presidente Trump de prohibir la llegada de vuelos procedentes de Europa, el jueves 12 Wall Street sufrió su peor día desde el lunes negro de 1987 con una caída histórica de su principal índice, el Dow Jones, de 2.352 puntos (10 %), lo que llevó a activar el mecanismo de suspensión por 30 minutos para tratar de controlar los efectos del pánico. Esta estrategia se ha aplicado también en la bolsa de Colombia por estos días ante la caída del índice Colcap.
Como resultado de las recomendaciones de protección y las medidas implementadas en varios países como las cuarentenas para los viajeros, una gran cantidad de viajes son cancelados y los aviones vuelan casi vacíos, mientras la mayoría de los aeropuertos se ven desolados. Según VIASA- Asociación Internacional de Transporte Aéreo- esta incertidumbre le costaría a las compañías aéreas hasta 100.000 millones de dólares.-
El Fondo Monetario Internacional (FMI) considera que la economía mundial podría caer 0.2 por ciento y puso a disposición de los países que lo necesiten 50.000 millones de dólares. Muchos bancos centrales han empezado a bajar las tasas de interés para estimular la circulación de efectivo.
Mientras países exportadores como Colombia sufren por la baja del precio del crudo, otros como Indonesia, India y Filipinas se benefician por ser importadores. Estados Unidos es el principal productor y consumidor de petróleo en el mundo y Trump celebró con alegría esta baja de precios “será como una baja de impuestos, una gran baja de impuestos”.