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Las causas objetivas del pesimismo
En el campo empresarial va a inducir mayores exportaciones.
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Sábado, 23 de Enero de 2016

El director de uno de los principales diarios decía recientemente que no se explica por qué hay tanta insatisfacción con el desempeño del gobierno si los resultados, sin ser espectaculares, son bastante buenos, y estamos en el umbral de alcanzar un anhelo nacional que ha sido el de la paz.

Coinciden estas reflexiones con la publicación del Boletín de Indicadores Económicos del Banco de la República el pasado 18 de enero (www.banrep.gov.co/economia/pli/bie.pdf) que presenta un excelente resumen de los resultados económicos a partir del año 2000. Estas cifras no justifican el mal ambiente que se ha propagado como una epidemia. Por ejemplo, el crecimiento del PIB en los años de administración de Santos ha sido posiblemente el mejor en el periodo 2000 a 2015 (4.8 por ciento anual promedio entre 2010 y 2014, y 4.5 por ciento entre 2010 y 2015). En 2015 el crecimiento fue inferior pero también lo fue en el mundo y en el hemisferio. No ha sido por falta de crecimiento económico que estamos tan negativos.

Tampoco se le puede atribuir esto a la tasa de desempleo. La tasa de desempleo ha descendido todos los años a partir de 2010 después de un periodo de relativa estabilidad a un nivel alto entre 2005 y 2009. Entre 2010 y 2014 el promedio de la tasa de desempleo fue 10.1 por ciento, el más bajo desde 2001 y en 2015 el desempleo fue de un solo dígito a partir de febrero y descendiendo (en noviembre fue 7.3 por ciento).

En materia de precios el récord no es tan positivo. Después de 2010, el crecimiento del índice de precios al consumidor fue inferior a la meta establecida por el Banco de la República solamente en 2012 y 2013, y en 2015 la inflación fue más del doble de la meta. A pesar de su impacto inflacionario, la devaluación corrigió la sobrevaloración excesiva del peso frente al dólar de los Estados Unidos. Esto era necesario, y va a resultar posiblemente positivo en pocos años, pero redujo el valor en dólares de los activos de los colombianos, lo que puede estar promoviendo descontento.

En el campo empresarial va a inducir mayores exportaciones y sin duda ya ha tenido efectos negativos sobre las importaciones, lo que favorece a la producción nacional, pero muchos empresarios estaban endeudados en moneda extranjera, por imprevisión de algunos, pero también por tercos o por hacerles caso a sus banqueros.

Estos cambios han puesto a mucha gente de mal genio, por esa razón, pero no se le deben atribuir al gobierno, aunque el Banco si carga con el INRI de una tasa de inflación muy superior a su meta. La suma de la inflación y el desempleo que mide el grado de incomodidad de los habitantes en un país por razones económicas pasó de 14. 96 en 2010 a 14.1 en 2015. Lo que se ganó en empleo se perdió en inflación.

La confianza en la economía colombiana ha caído, pero esto es un común denominador para países emergentes. Es muy preocupante el alto nivel del déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos y la significativa caída de la inversión extranjera directa en 2015, ahora corregida por el pago por las acciones del gobierno en ISAGEN y por la futura compra de las acciones de EPM a la que ahora le parece “un buen precio” el que se pagó por ISAGEN. Varios temas adicionales quedan pendientes para próxima discusión..

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