En los últimos tiempos se ha vuelto un lugar común afirmar que en Colombia vivimos un fenómeno que se considera único y exclusivo de esta época, causante de muchos de los males que aquejan a nuestra sociedad: la denominada polarización.
He reflexionado sobre ello y llego a la conclusión de que es una de las expresiones con las que se quiere simplificar la situación social compleja de la política para dar una explicación acomodaticia.
Al afirmar que la polarización es solamente nuestra, y que acabándola se resuelve todo, estamos pecando de ignorantes o de ingenuos porque se está insinuando que todos debemos pensar lo mismo para no generar controversias.
Se podría afirmar que en todas las épocas y en todas las latitudes ha habido polarizaciones.
Pero para circunscribirnos solamente a la Colombia republicana, podemos empezar por la controversia entre Centralistas y Federalistas que surgió inmediatamente después del Grito de Independencia, y que llevó no solamente a un enfrentamiento de ideas sino a tomar las armas para desatar nuestra primera guerra civil.
También fue durísimo el enfrentamiento entre bolivarianos y santanderistas por la forma de organización constitucional del país, que tuvo expresión evidente en la frustrada Convención de Ocaña de 1828 y en los sucesos posteriores que llevaron a Bolívar a declarase dictador.
Vinieron, luego, numerosas guerras civiles fruto de ideas encontradas entre partidarios de uno u otro credo político, hasta desembocar en la sangrienta Guerra de los Mil Días de finales del siglo XIX y comienzos del XX.
Esta encarnizada conflagración se dio por la inconformidad de los liberales con la expedición de la Constitución Política de 1886 de corte centralista y represiva, puesta en vigencia por los gobiernos conservadores.
El liberalismo fue derrotado pero el país quedó en ruinas. Cúcuta padeció el horror de largas semanas de padecimientos, entre junio y julio de 1900, por el sitio que el ejército conservador hizo a la ciudad para acorralar a los liberales refugiados en ella. Al final, la ciudad fue evacuada totalmente.
No puede dejar de recordarse la violencia política entre liberales y conservadores, agudizada en la década del cuarenta del siglo XX, que durante varios lustros sumió al país en una cruenta lucha, remoto origen de nuestra intolerancia.
Estos episodios fueron dolorosas polarizaciones causantes de verdaderos males para nuestra patria sufrida. Por eso, hacer creer que las discrepancias actuales entre líderes políticos y sus seguidores son la única causa de los problemas del país es una falacia.
En las democracias se dan, siempre, polarizaciones Es el caso de los demócratas y los republicanos de Estados Unidos; de los seguidores de Macri y de los Kirchner en Argentina; de los de Correa y de Moreno en Ecuador; o de los de Macron y Le Pen en Francia etc. Esas diferencias son las que se materializan en Gobierno y Oposición que es un sistema saludable para la conducción de un país.
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