Y hubo elecciones en la Universidad Francisco de Paula Santander. Muchos estuvimos interesados en ellas. Era obvio, porque tirios y troyanos, incluidos los del continuismo que ganaron, veíamos una oportunidad de rectificación. Pareciera inverosímil, pero sí; ellos eran los más interesados para rectificar al estilo Sinatra: a su manera.
Así que, como en la leyenda antigua de la diosa Ocasión, caracterizada por que su cabeza tenía la parte trasera totalmente rapada sin un solo cabello, pero con la parte delantera muy poblada y larga. Había que agarrarla de frente pues una vez que pasaba era difícil, pues careciendo de pelo, nadie podía aprehenderla.
Y ellos, los ganadores con mañitas la agarraron. Así que los probables rectores; Sandra Ortega o Jean Piero Rojas tendrán la oportunidad de quebrar 20 años de continuismo y corrupción a su manera. Más comprometedora será la vigilancia que deberán hacer los que quedaron tendidos en esta desigual batalla: Carlos Flórez Góngora, José Fabio Torres, Miller Riaño Solano, Julio Tarazona, Yolima Gómez, pues a veces es más complicado perder que ganar.
Desde afuera, pienso yo, que, si no logran las rectificaciones en este nuevo periodo, los perdedores deben recurrir al aforismo aquel, que indica, que la única manera de tomar un tren a tiempo, es cuando se pierde el tren anterior y volver a intentar, pues las oportunidades hay que perseguirlas cuando llegan.
Hay que romper la historia cuando es negra. Y este será el trabajo de los perdedores en las elecciones de la UFPS. Esta es la oportunidad, para revisar todo, comenzando no solo por sus añejos estatutos del siglo pasado, sino por la compilación contenida en el Acuerdo 048 de 2007 viciado de nulidad en muchos de sus capítulos, pero sobretodo en los artículos que van del 30 al 40 que consagran el voto ponderado para definir sus grandes decisiones, cuando en lo público la Constitución lo prohíbe tajantemente.
La honorable Corte Constitucional lo expreso así: “Todos los ciudadanos son iguales, y su participación en el debate público debe entonces tener el mismo peso, que es el fundamento de la regla “una persona, un voto”, que constituye la base de una deliberación democrática imparcial.
En efecto, si los votos de cada individuo tienen el mismo valor, entonces el procedimiento democrático debe conferir idéntico peso a los valores, a los intereses y preferencias de cada individuo. La Corte coincide en que un sistema de voto ponderado es extraño a una democracia participativa es obvio que vulnera la constitución política.” Sentencia Sentencia C-1110/00 ¡Esta es la oportunidad perdedores!
Adenda: Así que, en las instancias de participación política, la regla de una persona un voto, no puede ser alterada por un reglamento universitario, sino por los propios mandatos constitucionales.