Leer un periódico chino, oficial y censurado, no produce felicidad democrática. Tampoco se entera el lector de muchas de las principales noticias globales, sobre todo de aquellas que pudieran debilitar intereses del Partido Comunista. Se puede leer in extenso sin embargo, sobre las audiencias de impedimento contra Trump, sobre el comportamiento de las economías de los BRICS y sobre la acción multilateral de varias agencias de la ONU a excepción de algunas con las que el régimen no tiene buenas migas, como la Comisión de DDHH o la OIT. Dicho eso, la agenda nacional china es impactante de todas maneras y es conocida ampliamente por el mundo y por los chinos; y como lo muestra la experiencia reciente, por lo general se cumple. Veamos algunos de sus principales temas.
En lo militar, después del imponente desfile de conmemoración en octubre de los 70 años de la Revolución, en el cual el Xi Jinping de la Nueva Era mostró todo su arsenal convencional y nuclear, el Presidente ordenó en la primera semana de noviembre a su fuerza aérea tomar todas las medidas presupuestales, tecnológicas y de entrenamiento para convertirse en la primera del mundo para el 2030. Esta decisión tendrá efectos sobre el balance global geoestratégico, sin excluir a América Latina, y sobre la producción y el consumo de tecnología en todo el mundo.
En lo económico, también a principios de noviembre, el gabinete chino publicó un conjunto de medidas para reforzar la apertura y “nivelar la cancha en la que juegan empresas chinas y extranjeras, para hacer a China más atractiva aún para los inversionistas”. La guía, como se le llamó, da instrucciones a las instituciones nacionales y locales que son de obligatorio cumplimiento. Se autoriza la plena propiedad de extranjeros en la banca de inversión y en los fondos; se instruye a la justicia para que falle teniendo en cuenta la doctrina más probable y unificando jurisprudencia en materia comercial; se establecen mecanismos para las quejas de las empresas por decisiones de los servidores públicos; se adoptan medidas sobre propiedad intelectual de última generación; y se prohibe la transferencia forzosa de tecnología vigente hasta ahora. Sin duda este paquete abrirá otra vez el apetito a los inversionistas extranjeros y erosionará la política del actual presidente de los EEUU de hacer retornar las empresas a suelo norteamericano.
En materia de infraestructura, la llamada Nueva Ruta de la Seda, proyecto para unir por tren, carreteras y mejores puertos a China continental con Europa, tuvo un nuevo capítulo esta vez en el El Pireo, Grecia, con la visita de Xi y más de 200 CEO de empresas chinas. Este puerto helénico pasó de ser el número 93 del mundo, al puesto 30 este año, gracias a este programa de cooperación llamado por el gobierno ICC, Iniciativa del Cinturón y el Camino desde 2013. La iniciativa tendrá efectos en más de sesenta países, donde están las tres cuartas partes de la población del mundo y casi toda la energía conocida. Presupuesto chino ya asignado en 2019 para carreteras, trenes y puertos de este programa: mil quinientos millones de dólares.
En la política exterior, Pekín anunció que ha aceptado reunirse próximamente dentro de los BRICS en Brasil. Dijo que su objetivo es fortalecer ese grupo, integrarlo más económica y políticamente y hacer crecer su influencia mundial. Otro refuerzo para este grupo de presión en lo multilateral que lo convertiría en actor futuro clave colectivamente y daría aún mayor visibilidad a sus miembros individuales Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. Y así podría seguir con otros asuntos como el fortalecimiento de la descentralización del partido comunista; o la Feria de Importaciones en Shanghai, lėase bien de importaciones, que tuvo gran éxito aún sin la presencia de los EEUU; etc, etc.
Por supuesto que China tiene problemas de opinión pública mundial y doméstica especialmente por Tíbet y Hong Kong. Este último lleva seis meses paralizado, totalmente en las últimas semanas, con marchas, manifestaciones y caos que han producido ya muertes y pérdidas económicas, heridos y detenidos por centenas. Qué piden los manifestantes: voto universal y una justicia independiente del PCCH. Nada grave diríamos en Colombia.
Lo grave no es que haya marchas y protestas. ¡Están a la moda y son de los jóvenes! Lo grave es que haya países donde la marcha es la única agenda; países que no ven su futuro; países cuyos gobiernos no dan esperanza a los nuevos ciudadanos porque no proponen nada para adelante y se concentran en el pasado. Por eso las marchas se vuelven la única esperanza, a falta de un liderazgo que la ofrezca.