Entre los conferencistas del evento organizado por el Consejo Privado de Competitividad llamó mucha la atención la presentación sobre programas de extensión tecnológica al sector manufacturero que hizo Jan Youtie, investigadora principal de Georgia Institute of Technology. La extensión manufacturera que en los Estados Unidos se conoce por sus siglas en inglés (MEP- Programas de Extensión para el sector Manufacturero) se concibió al final de los 80s como fruto de una alianza entre el gobierno federal, a través del National Institute of Standards and Technology del Departamento de Comercio de los Estados Unidos, universidades como Purdue y Georgia Tech, estados como Ohio, California, Carolina del Norte y Georgia y el sector privado a nivel regional.
El programa MEP nació como respuesta al rápido cambio técnico y manufactura eficiente que lideró Japón en décadas pasadas y a la irrupción de manufactura de bajo costo en China desde principios de este siglo. El programa le ofrece a la pequeña y mediana industria conocimientos de expertos que la asisten en promover crecimiento, innovar, adaptar desde métodos probados hasta tecnología de punta para mejorar productividad, reducir costos y aumentar calidad de producto y de diseño orientando los servicios y la transmisión de conocimientos a mejorar la competitividad de las empresas. Estos expertos les transmiten a las empresas conocimiento tácito, que es el que proviene de la experiencia y no se puede aprender de libros, manuales, o Internet sino al lado de alguien que sabe.
En general la idea es relativamente sencilla: se trata de ofrecer a precios relativamente bajos servicios de asesoría de gente que esté al corriente de los desarrollos técnicos y administrativos de las empresas más competitivas y tenga experiencia aplicándolos que van a las empresas y hacen un diagnóstico de su nivel de competitividad, enfocándose en costos, incorporación de tecnología, prácticas administrativas e innovación. De estas visitas sale un diagnóstico y propuestas de mejoramiento para reducir costos, aumentar ventas, incorporar tecnologías o innovar que se traducen en mayor productividad y competitividad. Los expertos permanecen en las empresas o las asisten en la etapa de aplicación de las recomendaciones.
La manera de mantener los costos bajos es aportando recursos estatales, federales y municipales, vinculando la experiencia de personal próximo a retirarse o ya jubilado pero activo, con la participación de las universidades y de centros mixtos, alianzas públicas y privadas de desarrollo técnico y tecnológico.
Durante el evento se discutió cuál institución debería liderar la organización de algo por el estilo en Colombia y se sugirió el SENA. Se debe contar con ellos pero el liderazgo debe provenir del ministerio de Industria con la activa participación de las cámaras del comercio, que ya cuentan con recursos para este propósito, y de las facultades de ingeniería de las universidades.