Haciéndole el seguimiento a la reforma de la salud, un empeño máximo y de gran importancia para el actual gobierno, observamos que el proyecto acaba de pasar su discusión en la plenaria de la cámara de representantes y fue aprobado, lo cual no necesariamente significa que es ley porque le falta la discusión a cada uno de los artículos. Está claro también que el texto no es el mismo que presentó el gobierno de Petro y presenta modificaciones que se le han introducido a lo largo del debate.
No obstante, lo anterior todavía quedan muchos puntos de desencuentros entre las diferentes vertientes políticas que tienen asiento en el Congreso y los cuales versan sobre aspectos fundamentales del futuro del sistema de salud en Colombia. Para obviar la discusión del articulado se decidió la creación de una comisión accidental con la participación de todos los partidos, por esta vía se intentará llegar a acuerdos para el contenido y trámite de la reforma.
Los congresistas encargados de hacer la ponencia y defenderla han argumentado que los indicadores desfavorables en mortalidad materna y desnutrición, la situación financiera de las EPS y el número de quejas y reclamos, son suficientes razones y justifican la reforma a la salud. Cuando se discute el papel que han jugado las EPS queda claro que su gestión como administradoras de los dineros para la salud les será quitado para que sea el Adres obrando como una especie de banco de la salud quien maneje de manera exclusiva ese capital a nombre del Estado, con un sistema de auditoria aleatoria a las cuentas presentadas por los prestadores de servicios. Este hecho es el fin fundamental de la reforma, que la salud quede en manos del gobierno, tal como lo promulga el presidente Petro.
También hay oposición a lo propuesto en la reforma sobre la obligatoriedad de inscribirse en un centro de atención primaria, lo cual es contrario a la libre escogencia de un centro para recibir atención, con ello se dejarían de reconocer derechos de los usuarios del sistema. Otro punto que no se ha discutido con la suficiente amplitud es la inclusión de los sistemas paralelos de atención en salud existentes, en aras de la igualdad en la prestación de este servicio para todos los colombianos que no están incluidos en el Sistema General de Seguridad Social en el sector salud y gozan de otros beneficios.
Lo cierto es que habrá una reforma a la salud en Colombia, del Congreso de la República dependen las modificaciones que se introducirán y cuál será el impacto en la prestación del servicio. La estatización será el eje sobre el cual se moverá si se aprueba la reforma y eso tiene el riesgo de malos manejos y resultados adversos. Ejemplo de ello fueron el ISS y Cajanal. Otrora existieron las cajas de previsión del orden nacional, departamental y municipal que fueron liquidadas. Recuerda el periódico El Tiempo del 13 de junio de 2009 “La desorganización e ineficiencia, que generaron espacios de corrupción, afectaron la prestación del servicio a los afiliados y futuros pensionados (...) y conllevaron al cierre de la Caja Nacional de Previsión Social (Cajanal) dice el documento que oficializa la defunción de esa entidad” ¿Retornaremos a lo mismo?
Mientras tanto vemos otra arenga en las redes sociales citando a marchar en favor del gobierno en los próximos días y de nuevo pusieron la bandera colombiana al revés. Esto es una falta de respeto a los símbolos patrios, no justificable con argumentos pobres.
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