Los doctores Antonio José Lizarazo y Martín Bermúdez, cucuteño el primero y pamplonés el segundo, han llegado a ocupar sillas en la Corte Constitucional y en el Consejo de Estado respectivamente, como fruto de sus ejecutorias sobresalientes en el ejercicio de la profesión de abogados.
Antonio José Lizarazo se inició desde muy joven en el servicio público bajo la bandera renovadora del líder sacrificado Luis Carlos Galán Sarmiento y, después de trasegar en la política con decoro hasta llegar a ser diputado de su departamento, fue designado Gobernador de Norte de Santander demostrando allí su capacidad de trabajo, su rectitud y su dedicación en bien de la región que lo vio nacer.
Más adelante fue elegido Magistrado del Consejo Nacional Electoral donde se desempeñó con igual solvencia intelectual y moral. Hoy ocupa una magistratura en la Corte Constitucional para la cual fue elegido en el difícil proceso que se surte en el Congreso Nacional, y sobresale en la alta corte por su seriedad y disciplina.
Por su notable trayectoria, hace algunos días la Academia de Historia de Norte de Santander le hizo un merecido homenaje en reconocimiento a toda una vida de servicio al país.
Por su parte, el jurista Martín Bermúdez se posesionó recientemente como Consejero de Estado, dignidad a la que llega como culminación de una carrera de abogado exitoso, y de regentar durante largos años la cátedra universitaria en la que se ha destacado como profesor excepcional.
Después de graduarse en Derecho en Colombia viajó a Francia para adelantar estudios superiores, de donde regresó con una sólida formación jurídica fundamental para el éxito que ha alcanzado en su ejercicio profesional.
Martín Bermúdez tiene una predilección envidiable por la música, especialmente la colombiana, es ejecutor del tiple, y practica con generosidad el papel de mecenas de artistas vernáculos que reciben de él un valioso apoyo.
Estos dos nortesantanderanos representan a nuestro departamento con brillo, y son un ejemplo de superación para alcanzar sus investiduras en el más elevado nivel de la rama jurisdiccional del país.
Hoy, cuando los colombianos nos dolemos por la crisis moral que aqueja a muchas instituciones, sabemos que estos dos exponentes de nuestra región dejarán muy en alto su nombre y, sin duda, contribuirán a recuperar el prestigio de aquellas con su recto proceder.
Como algo singular recuerdo que, en un momento dado, Antonio José como Gobernador y Martín como Secretario de Hacienda trabajaron juntos en la administración departamental de Norte de Santander. Hoy, la vida los vuelve a unir de alguna manera, cada uno desde su magistratura, pero en la misma vía de hacer que la justicia vuelva a imperar en Colombia.
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