En nuestra ciudad podríamos decir que el día del transporte informal es todos los días pero dada las circunstancias de un proceso electoral y fiesta de la democracia, podríamos decir que el día de elecciones es el día del transporte informal puesto que cada campaña se alistó en la contratación de los vehículos tanto de servicio particular como de servicio público, para trasladar a los cientos de trashumantes que decidieron cambiar su sitio legal para ejercer el derecho al voto y de esta manera, los “líderes” asegurar que la inversión en apoyo logístico electoral valió la pena.

Otros justifican la contratación de vehículos para facilitar a sus amigos la llegada al respectivo puesto de votación pero de todas maneras si al elector de algunas comunas no le garantizan transporte, refrigerio y algo más pues sencillamente se pierde todo el esfuerzo y la inversión durante los meses de ardua campaña.

Ayer tomé un taxi y el conductor me comentó que una de las campañas le pagó cincuenta mil pesos por permitir portar un adhesivo en el vidrio trasero de su vehículo por espacio de dos meses. 

De repente, la Secretaría de Tránsito se avispó luego que una de las campañas se rezagó en publicidad móvil y por eso, prohibieron que los vehículos de servicio público portaran publicidad política a partir del jueves de la semana que pasó.

De todas maneras, pensaría que ni utilizando toda la fuerza pública podrían contener la euforia electoral y gracias a los cientos de inocentes criaturas que piensan llegar solo con ideas a ocupar una posición en el legislativo, pues al final del día hoy podrán concluir que los únicos que ganaron además de los servicios de transporte, fueron las personas que venden pasteles y otros refrigerios rápidos,  bebidas de todo tipo y por supuesto, las que venden afiches, pendones, gorras, camisetas, bolígrafos, botones, etc. 

Ellos sí ganaron.

Entonces esa pataleta que le dio a nuestro Secretario de Tránsito de obligar el retiro de la publicidad a los taxis, no es de buen gusto porque si de incumplir las leyes en materia de movilidad se trata, pues acá tenemos un menú bastante amplio de infractores y no son precisamente los conductores del servicio amarillo.  

El día final ha llegado y con él, alegrías y tristezas pero lo más importante es que las personas que tengan la responsabilidad del manejo de nuestra ciudad tanto en el ejecutivo como en el legislativo, por lo menos vuelvan sus rostros a la cenicienta de Cúcuta: la Secretaría de Tránsito.