El viernes de la semana que pasó, los medios de comunicación registraron la noticia: “1.858 motociclistas han muerto este año en las vías de Colombia” según estadísticas de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV).

Según la ANSV, la accidentalidad y los muertos derivados de múltiples causas, han disminuido este año en relación con los sucedidos durante el mismo período en el año anterior.

Al respecto, considero que las cifras publicadas no tienen el peso técnico que permita la comparación, puesto que el segundo trimestre del año en curso, la movilidad se redujo significativamente dadas la compleja situación de salud y de ahí que los resultados solo los pueden celebrar los tontos.

Traje a colación las cifras, por cuanto la administración municipal de nuestra capital, a través de la Secretaría de Tránsito y Transporte, profirió el Decreto 0486 del 26 de octubre de 2020, por medio del cual se dictan medidas que reglamentan la circulación de motocicletas y otros.

Lo que no me parece justo con el alcalde Yáñez, es que le lleven para su firma una copia a medias del Decreto 0767 del 3 de agosto de 2018, suscrito por el exalcalde Rojas, en el cual, plasman las mismas decisiones, dejando intactos artículos que según el Secretario, son novedosos, según sus propias declaraciones.

El fondo de dichos decretos, es la prohibición de llevar parrillera mujer en estado de embarazo y además que los menores de diez años, no pueden ser trasladados en motocicleta.

La diferencia está en que, en el decreto anterior, se permitía la conducción de estos vehículos únicamente con zapato cerrado, en el entendido que muchos de los accidentes, comprometían gravemente las extremidades inferiores y en particular los pies, al evidenciar que sus conductoras tenían puestas sandalias o chancletas.

Ese párrafo que debió ser copiado y pegado, se omitió seguramente por la pena que podría causar el ser descubiertos al plagiar a pie de letra, apartes de otro acto administrativo. Ese acto, no es justo con una persona que ha brindado su confianza y puesto sus esperanzas en una Cúcuta mejor, pero si ni siquiera saben copiar bien, pues fregados todos.

Es muy poco probable que la dependencia encargada de la movilidad, le cuente a la ciudad los resultados obtenidos de un decreto que debe ser mejorado y aún más, debe ser cumplido por la parte operativa de tránsito en la ciudad, en cabeza de la Policía Nacional.

Concluyo que los funcionarios responsables del tránsito en la ciudad, deben tener la capacidad de revisar y mejorar las decisiones que apunten a reducir la accidentalidad y mejorar la movilidad, toda vez que a la fecha no se ha visto ni lo uno ni lo otro y sí en cambio, la evidencia de que copiaron y pegaron a medias.