En estos tiempos difíciles, el ánimo de la población está decayendo rápidamente. La esperanza parece desvanecerse y muchos desearían emigrar, aunque para la mayoría esto no es viable por la falta de recursos y las limitaciones para obtener visas.

Nos encontramos en una encrucijada. No podemos rendirnos ni dejar nuestro país en manos de un grupo que ha demostrado ser incapaz de llevar a Colombia hacia un futuro prometedor. Pese a las promesas de cambio, lo que hemos visto es más de lo mismo, si no peor. Por eso,debemos quedarnos y luchar por nuestra nación.

Hago un llamado a la oposición y a los independientes: no se dejen distraer por las trampas de Petro. Muchas veces, los actos hablan más fuerte en silencio. Por ejemplo, el vídeo del presidente en Panamá. ¿Qué más se tenía que decir? Ahí estaba dicho todo. Las explicaciones oscuras detrás de dicho episodio saldrán a la luz pública más temprano que tarde. No caigamos en esas cortinas de humo que distraen de los problemas realmente graves de las personas y que podrían llevarnos a un estado fallido, como casi ocurrió a finales de los 80 y principios de los 90

Es fundamental concentrarnos en tres aspectos: el desastre del sistema de salud que está cobrando vidas, la corrupción desenfrenada de este gobierno y los problemas de orden público que están fuera de control. No permitamos que Petro nos ponga la agenda. Si no tomamos medidas, los grupos al margen de la ley y los corruptos se convertirán en los dueños de los votos en 2026 con la anuencia del gobierno.

Como mencioné en mi columna del 13 de mayo de 2023: “Hoy, esta gente alcanzó el poder y han venido desactivando las fuerzas armadas para justificar la necesidad de un acuerdo de paz. Utilizarán milicias como la primera línea y la guardia indígena para controlar a las comunidades, convirtiéndolos en un ejército irregular, siguiendo la lógica de los colectivos de Chávez o los cubanos.”

Debemos dejar de quejarnos y trabajar por unas elecciones libres en 2026. Empresarios, academia, sociedad civil y otras organizaciones debemos comenzar a prepararnos y a encontrar personas idóneas, que integren las listas del Congreso. Es crucial elegir líderes que trabajen realmente, por el bienestar social y que sean capaces de frenar los proyectos que pongan en vilo nuestra democracia o la vida de las personas.

En esta ocasión, todos debemos ser activistas para asegurar que se elijan buenos parlamentarios: personas honestas, preparadas y comprometidas con sus comunidades, sin vínculos corruptos. Los empresarios deben apoyar exclusivamente a candidatos íntegros, sin repartir dinero indiscriminadamente.

Aunque enfrentar a los grupos respaldados por el gobierno será difícil, no es imposible, aun con la enorme cantidad de recursos que movilizarán las entidades, los grupos al margen de la ley y contratistas como Euclides Torres.Podemos construir una bancada fuerte si nos unimos y ganamos el apoyo del pueblo con una lista que excluya a los corruptos de siempre, quienes se benefician del sistema mediante la extorsión.

Antes de pensar en quién será el próximo presidente, debemos asegurar que el próximo Congreso preserve la Constitución y la democracia en nuestro país. Hago un llamado a todos los líderes que aspiran a la presidencia: piensen en el país antes que en sus propios intereses. Si no lo hacen, acuérdense en dónde terminan los opositores al régimen.

Todo esto es un reflejo de lo que pasó en Venezuela. O nos unimos, o inevitablemente terminaremos igual.

Sé que puede parecer temprano para hablar del Congreso, pero es precisamente esto lo que siempre ocurre: se comienza a hablar de la presidencia y el legislativo pasa a un segundo plano. Esta vez, cambiemos el enfoque. Hago un llamado para que los mejores se integren en las listas y devolvamos el nivel al Congreso. Que los debates inspiren y no causen lástima, rabia o escozor como ocurre actualmente.

Unámonos por el bien del país. Nuestra democracia y futuro dependen de ello.

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