Amables Lectores: El principal enemigo de Colombia no es el narcotrfico, ni las Farc, ni el Eln, sino la ignorancia y los ciudadanos con titulo profesional sin mayores conocimientos. En la actualidad hoy mas de 360 instituciones de educacion superior pero solo 88 cuentan con acreditacion de alta calidad. De èstas, 53 son privadas y 35 pùblicas. En programas de los 11.328 que se ofertan solo 1.677 tienen ese imprtante reconocimiento. Hoy existe un nuevo sistema de acreditaciòn. En mi modesto concepto, tiene puntos muy positivos, entre los que se destaca el no exigir para que una institucion se acreditada un nùmero determinado de docentes con doctorado sino hoy es màs importante medir los resultados obtenidos por el profesor, sin importar si tiene o no Phd. Es claro, que un maestro por el hecho de haber obtenido un doctorado o varios diplomado buscando un mejor salario, no significa que sea buen docente.
Moises Waserman, ex rector de la Universidad Nacional, afirma que no importa el sistema utilizado para la acreditación porque lo real es que: “Las universidades empezaron a preocuparse por tener mejores docentes, bibliotecas y laboratorios”. “Se organizó la autoevaluación que los obliga a mirarse críticamente a veces con la ayuda de pares amistosos. “Se deben concentrar los esfuerzos más en el egresado y no tanto en procesos istitucionales internos”.
Una de las decisiones más difíciles en al vida es escoger la universidad. Que una mala elección no les cueste su futuro. La educación superior le da a los estudiantes la posibilidad de mejorar su calidad de vida. Es importante escoger acertadamente el vehículo de prosperidad para el futuro. Más allá del costo de la matrícula o la tradición y el reconocimiento que tenga la institución hay aspectos claves que se deben analizar al escoger la institución de educación superior como la calidad académica, la infraestructura y el perfil del estudiantado.
Afirman algunos expertos que: “No hay nada mas incómodo que ingresar a un sitio en el que se pasará por lo menos cinco años de la vida y no sentirse feliz”.
Según Maria Patricia Gómez, de la Universidad de La Sabana: “Es fundamental manejar la presión familiar, ya que esta impide al estudiante tomar libremente la decisión sobre la universidad en la que desea matricularse”.
Añade: “Dar buenos consejos no es lo mismo que generar presión”.
La tesa de deserción es preocupantemente alta, pues bordea el 50% de los que entran a primer semestre y salen de la univsersidad porque no era lo que esperaban. Es importante la orientación previa.
La educación superior no está pasando por su mejor momento. El dsempleo juvenil que según el DANE cerró el año en 16,7% desmotiva a los jóvenes a cursar programas largos que con los bajos salarios ofrecidos es muy poca la probabilidad de tener pronto retorno de la inversión. Los jóvenes no ven como principal opción ingresar a la universidad. Estas instituciones, a juicio de los adolescentes, tienen una oferta anticuada, desactualizada y costosa. Se prefieren programa virtuales de educación continuada con plataformas gratuitas o de bajo costo. Las profesiones tradicionales se quedaron rezagadas frente a la innovación del mercado. En el 2018 la martícula total en las universidades fue de 2.408.041 estudiantes, con una disminución del 1,5% conrspecto al 2017 (38.000 estudiantes menos).
El principal reto es fortalecer las competencias de los egresados en diferentes disciplinas con generación de alianzas con el sector productivo y doble titulación.