El presidente de la Andi en el noticiero de Caracol informó que la industria colombiana se ha beneficiado enormemente de la devaluación que comenzó en 2014 y ha sido la principal causa del auge de la inflación y del desconcierto que reina en la ejecución de política macroeconómica. El sector industrial ha vuelto a crecer más vigorosamente gracias a ella. Esto es muy positivo, pero se debe tener en cuenta que el alivio es temporal y que la industria enfrenta amenazas mayores por las nuevas tendencias y los cambios trascendentales que están ocurriendo tanto en el lado de la oferta, como en la demanda en los mercados mundiales, en la información, el acceso más amplio (democrático) a mercados y a tecnologías nuevas que irremediablemente tendrán consecuencias locales. Sobre estos cambios he escrito algunas columnas que se han publicado en esta misma sección y que solamente han arañado la superficie, pero que anticipan que las estrategias de desarrollo productivo que hemos defendido durante años posiblemente no son aplicables hacia adelante, o han perdido validez, y que lo que le espera al modelo empresarial de la mayoría de las empresas grandes que hasta hace poco funcionaban bien en un mundo protegido y en el ambiente informático, tecnológico y de mercado del siglo pasado, es que surjan cambios disruptivos que pongan en serio peligro su sobrevivencia.
La amenaza puede provenir de empresitas innovadoras locales o internacionales que aprovechando otras ventajas competitivas en el mundo de la información o de la tecnología los saquen del mercado o los fuercen a adaptarse rápidamente, algo para lo que no están preparados. No poseen el ADN que les permite evolucionar, cambiar rápidamente o reaccionar positivamente al cambio. Los incentivos a los que se han acostumbrado son la protección del mercado local y su especialidad es la defensa de lo que hacen.
Son prisioneras de su modelo de negocios y apegadas a lo que las ha hecho exitosas. No poseen mecanismos internos para renovarse y son relativamente impermeables al cambio que viene de afuera porque varias de ellas se benefician todavía de enormes rentas monopólicas o de transferencias orquestadas por el Estado. Son pocas las noticias de emprendimientos innovadores por empresas tradicionales, salvo investigación de Corona en materiales y cerámicas especiales o el reciente anuncio de Celsia de que incursionará en robótica.
En ese ambiente empresarial hacen mucha falta ideas de cómo fomentar la innovación y el cambio y cómo inducir a las empresas a nadar contra la corriente cuando están acostumbradas a lo contrario. Una posibilidad es imitar lo que han hecho Google, Apple y otros, que consiste en crear al margen de la organización original empresitas innovadoras independientes con el mandato de idear otros productos o cambios disruptivos que puedan afectar a la empresa original. Otra es asociarse con jóvenes emprendedores para hacer esto mismo. Para comenzar a entender ese ambiente recomiendo ver en YouTube el video sobre organizaciones exponenciales, tema que me ha compartido Juan Benavides de Fedesarrollo (www.youtube.com/watch?v=FNQSM4ipZog).