En los últimos días se han producido decisiones legislativas que más que leyes son puñaladas por la espalda a la vigencia de la democracia colombiana, a la transparencia electoral y a la lucha contra la corrupción. La más grave es la inclusión de un mico en la Ley del Presupuesto del 2022 -que ni siquiera se puede calificar de “orangután” si no de monstruoso “King-Kong”, de la corrupción electoral- que atenta contra la pureza del sufragio. Ese King-Kong del clientelismo es ni más ni menos que el desmonte solapado de la Ley de Garantías, una piedra angular, decisiva, para impedir la funesta intervención de los dineros públicos en las elecciones y evitar que el gobierno meta la mano en las elecciones locales y regionales.
De espaldas al país, con un sigilo propio de maleantes nocturnos, las mayorías parlamentarias de la politiquería -amangualados con el gobierno de Iván Duque- han aprobado el desmonte inconstitucional de las provisiones de la Ley de Garantías. Esas normas impedían hasta hoy que el Ejecutivo riegue contratos, puestos, convenios interadministrativos, nombramientos, obras y dineros públicos para favorecer a sus parlamentarios amigos y a los candidatos del Centro Democrático, del Partido de la U y a todos aquellos que han sido los cómplices del gobierno más desprestigiado e impopular de la historia nacional. Se quieren aferrar al poder a toda costa, con la compra de votos, los contratos y la corrupción. Los ciudadanos tenemos la obligación de votar masivamente para sacar a todos esos cómplices de la politiquería y el clientelismo de sus curules y reemplazarlos por dirigentes probos, honestos y con vocación de servicio.
La ausencia de la Ley de Garantías facilita la perpetuación de las mafias familiares de la política y la corrupción, como las que ha denunciado Daniel Coronell en el caso del exsenador Pulgar, y de tantos politiqueros condenados por corrupción que siguen aferrados a los cargos públicos por interpuesta persona. Más grave aún, quieren evitar que el profundo rechazo colectivo de los ciudadanos al gobierno Duque y a sus mayorías parlamentarias se pueda expresar libremente en las urnas en las próximas elecciones. Quieren aprovecharse del hambre y el desempleo que han creado para subyugar a los votantes con prebendas y promesas. Para eso han eliminado la vigencia de la Ley de Garantías. Los ciudadanos no permitiremos que los politiqueros y los corruptos secuestren la voluntad popular de esa manera.