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Abstención 98,3%= Cúcuta
Y la abstención se logra: dividiendo, desintegrando y enfrentando con motivos innobles.    
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Jueves, 30 de Junio de 2022

Cada vez que les refregamos a los estudiantes de Ciencia Política, en las escuelas de Derecho o de Administración Pública, que la abstención es la más grave dolencia de la democracia, les añadimos que, además, es la penúltima fase en la desintegración de las comunidades regionales. Y la abstención se logra: dividiendo, desintegrando y enfrentando con motivos innobles.    


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Entonces vamos entendiendo a los malcriados, que insinuaban e insinúan la creación de los municipios de Atalaya, La libertad y Belén del rodeo. La consigna era desintegrar el Municipio de San José de, Cúcuta a sabiendas que los amarres y constitucionales lo impiden. Pero a cambio se logran los más rastreros propósitos de enfrentar sectores, generando más desigualdad, más pobreza y más violencia.   

Ya tenemos resultados de esa ignominia. La peste de la indolencia y de la indiferencia por nuestras muy caras tradiciones y valores se reflejaron en los resultados de la más antidemocrática figura de participación ciudadana, que es como la negación de la misma: la Revocatoria de un mandato. 

Absurda, contradictoria e impolítica figura electoral, pues los mecanismos de participación son para consagrar la representación individual o colectiva y no para derribar la multitudinaria decisión que se junta para instalarla, mediante el voto libre. 

Lograron estampar la fotografía cucuteña, de su indolencia, su incultura, su medianía, su conformismo e indignidad, de manera vulgar. De 616.400 (100%) cucuteños de nacimiento o de adopción que podían votar, solo aparecieron 11.000 (1,87%), a quienes, o les mortifica o les agrada, una administración autista con ventarrones de suerte.  ¿Qué nos estará pasando? 


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Cuando la Abstención se generaliza, les decimos a los estudiantes de Ciencia Política; “Se pierde el bien público de la Democracia, pues los órganos representativos quedan en manos de minorías oportunistas que ganan con miserias ¿Sería bueno el voto obligatorio? 

A quienes nos gusta el estudio de del Derecho electoral y la Teoría electoral, pues nos preocupaban las dos modalidades de abstención más conocidas: la activa o ideológica que tiene agitación previa de propuesta. O la pasiva o sociológica que no lo es por indiferencia, sino por las dificultades del entorno. 

Ahora nos preocupa, esta modalidad abstencionista de los cucuteños de los últimos días, terriblemente, porque revela la degradación total de nuestras gentes. Ni dignidad, ni honor, ni querencias, ni compromiso.

Estuve repasando teorías electorales de recuperación del interés político y me detuve en la Ley de Lemas, vigente en Uruguay, Argentina y Honduras y que estimula al votante a que sufrague primero por su partido y sus tendencias si las tiene, y segundo por un candidato de la lista de su partido, un voto doble y simultáneo. Además, aplicable en las tendencias de las primarias de los partidos, para la selección de sus candidatos. Un referente para reformar los mecanismos de participación y borrar la Revocatoria como tal. 

La ley de Lemas,  fortalece doblemente a la democracia, pues son los partidos fuertes su razón de ser.  

Adenda: En indicadores democráticos electorales, Cúcuta llegó hoy a tener un valor insignificante: 1,7% de participación. ¡Nada! 

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