Si bien este miércoles se tenía previsto que en la Comisión Primera del Senado se realizará un debate de control político por las fallas en la implementación del nuevo modelo de salud para los maestros del país, la discusión quedó en veremos y fue cancelada. ¿La razón? La ausencia de un protagonista de primer orden que hoy está en los reflectores de la opinión pública: el ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo.
El funcionario –quien está en el ojo del huracán tras la revelación de controvertidos audios, entre ellos uno en el que dice que “el sistema de salud de Petro no existe”–, se ausentó del debate y, en su lugar, delegó al viceministro de Salud, Jaime Urrego Rodríguez.
Si bien otros funcionarios si acudieron a la cita, como la ministra de Educación, Aurora Vergara, y el presidente de la Fiduprevisora, Jhon Mauricio Marín, la ausencia de Jaramillo generó descontento entre los sectores de oposición, que siguen reclamando por las fallas en el nuevo modelo de salud para el magisterio.
“El ministro de Salud no ha radicado una excusa y no se ha hecho presente. Es fundamental en este debate, entre otras, para ver si va a hablar con tan bonito lenguaje en la Comisión Primera”, reclamó el senador David Luna, de Cambio Radical, quien también se quejó por la falta de quórum en la sesión. Si bien se contaba con la presencia suficiente de congresistas para deliberar, él buscaba que hubiese quórum decisorio.
“No voy a aceptar la fórmula de comenzar el debate con quórum deliberatorio. Quiero remitir el acta de este debate a diferentes instancias. Quiero que desde el momento uno haya quórum decisorio y haya aprobación del orden del día”, agregó Luna, quien había citado el debate en el marco del Estatuto de la Oposición.
Si bien el presidente de la Comisión Primera, el conservador Germán Blanco, dio un receso a la espera no solo de que llegaran más senadores (como en efecto ocurrió), sino el propio ministro de Salud, tras 15 minutos el funcionario finalmente no asistió. Por ello, se suspendió el debate. Visiblemente molesto, el senador Luna reclamó por la ausencia y advirtió que, con el nuevo modelo de salud, varios funcionarios estarían prevaricando (actuar de forma injusta, arbitraria y contraria a la ley).
“Este no es un debate para salir del paso o para salir corriendo. Tampoco es un debate para atravesársele a la ley estatutaria de educación. Es un debate en el que haré denuncias gravísimas, en el que puedo señalar con contundencia que muchos están prevaricando, donde puedo señalar que ese tire de pelotas es una irresponsabilidad. Voy a afirmar con contundencia que una cosa es la aprobación de cambio de modelo y otra es la aprobación del manual de contratación”, precisó Luna.
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Aunque valoró la llegada del viceministro de Salud, el senador de oposición insistió en que el citado fue Jaramillo en la medida en que es el llamado a asumir la responsabilidad política. “El tema es de estatus, de institucionalidad, es un debate de la mayor consideración”, sostuvo. Anticipó además que la responsable de las fallas sería la ministra Vergara: “El Gobierno es uno solo. Muy mediocre quien ha salido de declarar que la responsabilidad es de uno u otro. Acá la responsabilidad la tienen todos, pero usted lidera señora ministra”.
Se estima que el debate podría realizarse finalmente el próximo lunes 27 de mayo. A la cita de este miércoles no asistió tampoco el vicepresidente del Fomag, Alfredo González Rangel, quien no presentó excusa alguna.
La transición en el sistema de salud de los maestros ordenada por el gobierno de Gustavo Petro el 1 de mayo ha resultado compleja, con traumatismos, decisiones de última hora y quejas por demoras en la atención. En juego está la salud de 910.000 afiliados al régimen especial de salud de los profesores del país.
En paralelo, se conocieron controvertidos audios de una reunión que sostuvieron el ministro de Salud, Guillermo Jaramillo, y el presidente de la Fiduprevisora, Mauricio Jaramillo, en la que abordaron los problemas que se han presentado. Las grabaciones corresponden a un encuentro que sostuvieron el pasado martes 7 de mayo, en el que hablaron de la prestación del servicio a los profesores y sus beneficiarios, así como las salidas a las quejas que se han conocido en distintas partes del país.
En los audios Jaramillo se refirió a que la situación que se estaba viviendo era “de crisis, de necesidad, de urgencia” y que la solución debía arreglarse en la auditoría de los servicios. “Después hacemos lo que el presidente dice, ahora no hay necesidad de amarrar las cosas”, expresó el ministro.
Sobre su idea de arreglo, les dijo a los asistentes a la reunión que, en el caso de los medicamentos, “se la paga la droga y apenas pase la factura, (se le dice) ‘no, señor, a ese precio no; el precio es este’ y así se arregla después cuando se venga la auditoría”.
Antes de los cambios implementados por Petro, el sistema de salud de los profesores funcionaba por medio de una afiliación que no se hacía a través de las entidades promotoras de salud (EPS), sino por la Fiduprevisora que asumía la competencia de la afiliación y de girarle la plata —que recibía del Fondo Nacional de Prestaciones Sociales del Magisterio (Fomag)— a los operadores de salud.
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En ese sentido, la Fiduprevisora contrataba unos operadores regionales, los cuales, a su vez, se encargaban de contratar a las (IPS) que atenderían luego a los usuarios y sus beneficiarios. El papel que jugaban esos operadores era parecido al que tienen en el sistema general, actualmente las EPS. Eran intermediarios entre la Fiduprevisora y las IPS y eran las encargadas de montar la red de prestadores, pagarles mediante contratos y hacer auditoría.
El cambio que le hizo el Gobierno Nacional consistió en que eliminaron la intermediación de los operadores y le delegaron sus funciones a la Fiduprevisora. Así las cosas, los operadores salieron de la ecuación y esa fiduciaria quedó como la encargada de celebrar contratos con las IPS y de hacerles auditoría, que es revisar que lo que le cobren clínicas y hospitales por la atención a los usuarios corresponda con lo que realmente hicieron.
Sin embargo, esa conversión implica que la Fiduprevisora —una entidad que no tiene experiencia en crear redes de servicios de salud— aprenda funciones nuevas, entre las que se encuentran la celebración de contratos y haga gestión del riesgo financiero (hacer que la plata alcance). Tareas para las que, además de experticia, se necesita personal calificado que lo haga con eficiencia y eficacia.
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