Un total de 18 soldados adscritos a la Décimoquinta Brigada del Ejército fueron retenidos este domingo en zona rural de Carmen de Atrato, Chocó, luego de que una turba de aproximadamente 200 personas cercara a la unidad militar y la trasladara forzosamente hacia un resguardo indígena, bloqueando así el avance de una ofensiva estatal contra el Ejército de Liberación Nacional (Eln), en una jornada marcada por el paradójico anuncio de tregua navideña de ese grupo armado.
El comando militar confirmó la situación y detalló que la tropa realizaba labores de seguridad y control territorial cuando fue interceptada. Según el reporte oficial, los uniformados terminaron rodeados por la multitud que, mediante vías de hecho, impidió la continuación del operativo y vulneró la libertad personal de los militares al llevarlos contra su voluntad hacia el interior del resguardo.
El comandante de la Décimoquinta Brigada, general William Fernando Caicedo, entregó un parte de tranquilidad sobre la integridad física de los hombres bajo su mando, aunque reconoció la gravedad de la retención.
“Sé que están bien porque el comandante de la unidad me alcanzó a llamar por el teléfono satelital”, aseguró el alto oficial en declaraciones recogidas por medios locales, y enfatizó que la institución activó de inmediato los protocolos humanitarios: “Estamos haciendo todo el proceso para que les respeten la vida y procedan a liberarlos”.
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La institución castrense rechazó de manera enfática lo ocurrido y calificó la acción como una “grave vulneración a la libertad personal, la integridad y la seguridad” de los efectivos. En su comunicación, el Ejército advirtió que cualquier conducta que obstaculice las operaciones legítimas del Estado favorece indirectamente a los grupos ilegales y atenta contra la seguridad ciudadana en el territorio.
Ante la complejidad del escenario, el mando militar realizó un llamado urgente a las autoridades competentes, a los organismos de derechos humanos y a los líderes comunitarios de la región para que intervengan y se logre garantizar la integridad y la pronta liberación de los soldados.
El incidente en el Chocó ocurrió el mismo día en que el Eln hizo público un comunicado en el que anunció un alto el fuego con motivo de las festividades de fin de año, el cual regirá entre el 24 de diciembre y el 3 de enero. Sin embargo, este gesto se dio en un contexto de alta desconfianza y reciente derramamiento de sangre.
La guerrilla apenas finalizó un paro armado de 72 horas —entre el 15 y el 17 de diciembre— durante el cual sembró el terror con la instalación de explosivos y ataques directos a la fuerza pública. El episodio más crítico se registró el pasado 18 de diciembre en Villanueva, La Guajira, donde una emboscada dejó un saldo trágico de siete militares muertos, hecho que endureció la postura del Gobierno y de las Fuerzas Militares frente a la voluntad real de paz del grupo insurgente.
Mientras la tensión escala en el occidente del país con el Eln, en otras latitudes del conflicto se presentaron movimientos estratégicos. El Frente 33 del Estado Mayor Central de los Bloques y el Frente (Embf), disidencia liderada por alias ‘Calarcá Córdoba’, anunció también este domingo un cese indefinido de acciones ofensivas contra las fuerzas de seguridad, marcando un contraste con la inestabilidad operativa que se vive en el Chocó.
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