Lo que debía ser una noche de alegría y encuentro familiar terminó marcada por la violencia y el dolor. María Elena López Abonce fue asesinada, presuntamente, a manos de su propio hermano durante una celebración en la vereda Olivares, municipio de Itagüí, Antioquia. Todo se desencadenó por una discusión relacionada con el volumen de la música.
El hecho ocurrió la noche del domingo 3 de agosto, durante un cumpleaños familiar al que asistieron varios allegados. María Elena, quien tenía 56 años, se había encargado de ambientar la reunión con música y refrigerios, disfrutando del reencuentro con sus seres queridos.
Sin embargo, lo que parecía una noche de festejo se transformó abruptamente cuando su hermano, Héctor Jaime López, de 65 años, se quejó por el volumen del equipo de sonido.
Según testigos, Héctor insistió en que bajaran el volumen o apagaran la música, pero su hermana se negó. En cuestión de segundos, el hombre se dirigió a la cocina, tomó un cuchillo y, sin mediar más palabras, atacó brutalmente a María Elena frente a varios familiares presentes. Las heridas fueron fatales y la víctima murió en el lugar.
Vecinos de la vereda Olivares y allegados de la víctima aseguran que María Elena había intentado en múltiples ocasiones ayudar a su hermano a superar problemas de drogadicción y salud mental. No obstante, sus esfuerzos no fueron suficientes.
Medios locales informaron que Héctor Jaime López tiene antecedentes por consumo de sustancias psicoactivas, alteraciones psicológicas y conflictos familiares reiterados.
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Tras el crimen, el agresor se entregó voluntariamente a la Policía. Actualmente, está bajo custodia de la Fiscalía y será procesado por el delito de homicidio agravado. En sus primeras declaraciones, aseguró haber actuado cegado por un ataque de rabia.
Alerta por aumento de homicidios en Antioquia
Durante este año, con corte al 30 de junio, hubo 891 asesinatos en Antioquia, es decir, 136 más que los que iban a la misma fecha del año pasado, cuando ocurrieron 755 en las nueve subregiones, según los registros de la Policía Nacional y Medicina Legal.
“La mayoría de estos casos obedece a casos de sicariato, que están alrededor del 70% y el resto de los homicidios que se presentan es por el predominio de estructuras criminales al servicio del narcotráfico”, dijo el comandante de Policía Antioquia, coronel Óscar Mauricio Rico.
Este incremento vendría de la mano, según lo dicho en repetidas oportunidades por el gobernador de Antioquia Andrés Julián Rendón, de la “alcahuetería” que ha tenido el Gobierno Nacional con las estructuras criminales en el marco de la paz total, lo que “les ha permitido fortalecerse criminal y económicamente”, mientras “debilita estructuralmente las fuerzas armadas”, que se vienen apoyando con recursos departamentales.
La subregión con estadísticas más críticas es el Norte, que pasó de tener 57 asesinatos en el primer semestre del año pasado a 140 en 2025, es decir, un aumento del 59,29%.
Las otras seis subregiones de Antioquia que presentan aumento de asesinatos son Valle de Aburrá, que pasó de 202 casos el año pasado a los 234 del presente; Occidente, que contabiliza este año 51 asesinatos contra los 40 que ocurrieron el año pasado en el mismo periodo; Bajo Cauca, que lleva 92 en 2025 y el año pasado contaba 69; Magdalena Medio, que pasó de 22 en 2024 a 35 en 2025; y Suroeste, otro de los críticos, que tiene un aumento del 35,58%.
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