La inversión de la obra superó los $300 millones representados en aportes del gobierno local de $70 millones, con mano de obra calificada y estructuración del proyecto; 45 millones de la comunidad con 980 jornales; Colombia Transforma, con el suministro de material, dotación por más de 200 millones de pesos y el acompañamiento de la Pastoral Social de la Diócesis de Ocaña.
En la década de los 90 se adquirió una casa campesina, que estaba deteriorada, pero la unión de voluntades permitió la restauración para ponerla al servicio de los agricultores de la región.
“Es un hospedaje con capacidad para 30 personas bien acomodadas. Muchos requieren pasar la noche luego de un tratamiento médico, diligencias en la expedición de documentos o la comercialización de productos agrícolas”, explicó la presidente de la Junta de Acción Comunal (JAC), Yanela León Trigos.
El centro poblado se encuentra sobre el corredor vial que conduce hacia el municipio de Hacarí y comunica a 24 veredas de la región. “Un lugar donde pernoctar para la gente que va de paso, es una gran ayuda”, indicó el fiscal, Danuil Arturo Melo.
El sacerdote Eduardo Lanzziano Jiménez, delegado diocesano de la Pastoral Social fue el alma y motor de esa iniciativa.
El alcalde de La Playa de Belén, Íder Humberto Álvarez, señaló que es una victoria temprana para la administración, ya que los labriegos esperaban ese hogar con mucha ansiedad, porque sufrían demasiado a la hora de salir de las fincas para acceder a los distintos servicios.