


La exalcaldesa de Bogotá, Claudia López, presentó la semana pasada ‘La imparable’, la casa-carro en la que comenzó a recorrer el país, con el fin de recoger un millón de firmas para avalar su candidatura a la Presidencia de Colombia.
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López dejó claro que su prioridad en este momento es rodar por todo el país, visitar las diferentes regiones y establecer un contacto directo con los colombianos, porque, en su criterio, eso es lo que les hace falta hoy a muchos: “salirnos un poquito de las redes, de X, de las bodegas”, para concentrarse en las propuestas y validarlas con la gente.
La precandidata presidencial, quien hasta el año pasado militó en la Alianza Verde, hizo una pausa en su recorrido, para hablar con Acento, el podcast de La Opinión, sobre eso que quiere hacer por los colombianos si es elegida presidenta de la República, cuáles serían sus prioridades a partir del 7 de agosto de 2026 y por qué se desencantó del gobierno de Gustavo Petro, al que respaldó en las urnas, en 2022.
Dos gabinetes
Claudia López fue alcaldesa de Bogotá entre el 2020 y el 2023, y conoce lo complejo que es gestionar recursos y proyectos ante el Gobierno nacional, un problema que se acrecienta cuando se trata de regiones apartadas del centro del país.
Admite que ni para ella misma, que tenía el Palacio de Nariño a unos cuantos pasos, le fue fácil tener ese contacto permanente y por esa razón anunció que este es uno de los obstáculos que se tiene que acabar en el corto plazo.
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“A todos los alcaldes y gobernadores de Colombia nos toca con rodilleras en el Palacio de Nariño y en los ministerios. Los empresarios, con un gran esfuerzo, en Cúcuta, en Norte Santander, en Santander pagan sus impuestos nacionales en una cuenta en Bogotá y después se demoran dos años en que se los devuelvan para inversiones en las regiones. Vamos a acabar eso”, anticipa.
En ese sentido, dice que una de las primeras acciones que pondría en marcha su gobierno sería la descentralización de Planeación Nacional y la creación de dos gabinetes. “Seré la primera presidenta que tenga dos gabinetes, porque esto está muy fregado”.
Según López, su propuesta no implica aumentar burocracia ni crear nóminas paralelas, de lo que se trata es de que sean los mismos alcaldes y gobernadores quienes en las regiones hagan su propia planeación y entre todos se decida en qué ejecutar los recursos, es decir, una especie de presupuestos participativos.
“Vamos a pasar de Planeación Nacional a Planeación Regional. Lo que mis colegas alcaldes en los municipios de cuarta, quinta y sexta categoría no tienen es tecnócratas, ingenieros buenos, financistas buenos, abogados buenos, que les hagan la estructuración, las finanzas, les consigan los créditos con la banca multilateral; que les estructuren buenos proyectos, de impacto regional”, explica.
La precandidata por firmas dice que, adicionalmente, la idea es que los empresarios paguen sus impuestos nacionales en unas cuentas locales, con el fin de que, luego, entre todos, comunidades, sector privado, alcaldes, gobernadores y Gobierno nacional, se pongan de acuerdo en qué proyectos van a invertir esos recursos y qué hace falta, para que todos pongan.
“Es mejor hacerlo con la gente que está allá (en las regiones). Hacer una verdadera descentralización, un verdadero acuerdo que se cumpla y, por eso, para no ofrecer cosas que no son, lo primero que hay que definir es cuánta plata de inversión pone cada uno. Todos ponen, todos toman. Pone el alcalde la poquita o mucha plata que tenga de inversión, pone el gobernador, si tiene regalías, y el Gobierno nacional lleva sus impuestos nacionales. Entre todos decidimos qué hacemos y cada uno ejecuta para que no haya corrupción”, asegura López.
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A propósito de corrupción, la exalcaldesa señala que para que su propuesta de descentralizar los recursos a las regiones no termine en los bolsillos de unos pocos, “congresista que traiga contratistas, a la cárcel. Y la gente me conoce”.
Es enfática en que si el precio de frenar eso que llama “vagabundería”, es que el Congreso no le apruebe los proyectos de ley, “pues el Plan de Desarrollo y el Presupuesto General de la Nación serán las únicas leyes que haya en Colombia”.
“La gente tiene que entender que los congresistas ni dan puestos ni dan contratos, porque, entonces, si no entendemos eso, nos volvemos parte de la corrupción”, sostiene.
Seguridad y lucha contra la corrupción
López asegura que otros dos aspectos en los que hará especial énfasis durante un eventual gobierno suyo serán la lucha contra la corrupción, como quiera que ha sido una bandera durante toda su carrera pública, y recuperar la seguridad.
“Yo he expuesto la vida, el pellejo, me he enfrentado con bandidos de mil maneras, porque la lucha contra la corrupción es lo que hace que los del Clan del Golfo, las disidencias y los del Eln se tomen las regiones. Necesitamos enfrentar la corrupción para que haya seguridad, justicia; para que haya cárceles, educación, porque esa plata, en vez de que se la roben, se debe invertir”, plantea.
Con relación a la seguridad, Claudia López considera que es necesario frenar las “gabelas” que les siguen dando a los delincuentes, como las que propone el nuevo marco jurídico que impulsa el Gobierno para los integrantes de las bandas con las que está negociando y los desertores del Acuerdo de Paz de La Habana.
Dice que está demostrado que eso siempre sale mal y, por eso, en su lugar propone retomar dos iniciativas que el expresidente Álvaro Uribe -de quien es una dura crítica- puso en marcha en sus dos gobiernos.
Una de ellas es que los más ricos y pudientes paguen una contribución específica para la seguridad. Esto, por cuanto considera que se necesita inversión para fortalecer la Fuerza Pública, pues mientras Colombia tiene 100.000 soldados menos que hace 15 años, los grupos armados siguen creciendo y reclutando.
“Necesitamos más policía, inteligencia para interferir esas organizaciones. Necesitamos tecnología. Nuestra flota de helicópteros está en tierra porque no tiene los repuestos y la actualización para perseguir a los criminales desde el aire. Eso no puede continuar”, advierte.
López también habla de combatir de frente a las estructuras armadas, pues insiste en que no se puede continuar favoreciendo a quienes desangran día a Día a Colombia.
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“Al que nos reciba con un fusil en cualquier región de Colombia, plomo todo el que le quepa. No es que, como lo reciben con un fusil: ¡ay, no, mira, hagámonos pasito, te ofrezco una colonia! No, no te ofrezco una colonia, te ofrezco plomo y cárcel”, sentenció.
Por eso, reitera que buena parte de esa inversión en seguridad será para construir cárceles, pero unas en las que no se mezclen los narcotraficantes y los grandes criminales, con los raponeros.
En tercer lugar, la precandidata habla de crear una fiscalía antimafia, “porque lo único que a esos tipos les duele que les quiten es el billete, la plata”.
‘Este gobierno lo hizo mal’
Sobre los cuestionamientos que le siguen haciendo por haberse desmarcado del gobierno de Gustavo Petro, pese a que lo apoyó en la segunda vuelta del 2022, Claudia López fue enfática en que ella siempre ha creído que la democracia debe tener una representación distinta y que el actual mandatario enarbolaba ese cambio.
“De manera que, yo voté por eso, porque creía en el cambio, en la inclusión de la gente injustamente excluida de Colombia. ¿Y, por qué estoy frustrada hoy? Porque digo: Hombre, nos salió lo comido por lo servido”, asegura.
Para la exalcaldesa de Bogotá, este gobierno lo ha hecho mal y no se merece una segunda oportunidad, y reconoce que es “frustrante” que se haya desperdiciado una oportunidad histórica.
Dice que desde un principio el presidente le dejó claro su nivel de sectarismo, de odio y de rabia, posturas a las que le atribuye el resultado que se está viendo hoy en el país.
Por eso, insiste en que Colombia no aguanta cuatro años más “de revancha, de saboteo, de odio, de destruir lo que haya hecho el anterior por destruirlo, de decir a todo que no”.
Y agrega que lo que el país necesita es “un gobierno que ejecute, que no robe, que construya carreteras, que genere empleo, que apoye a los empresarios, que les dé educación y trabajo a los jóvenes, a las mujeres, a los hombres mayores de 50; que a las mujeres, además de educación y trabajo, les dé manzanas del cuidado”.
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