El 25 de febrero de 2025, desde el Hospital Policlínico Gemelli de Roma, el papa Francisco aprobó la canonización del beato venezolano José Gregorio Hernández. Esta decisión, tomada durante una audiencia con el cardenal Pietro Parolin y monseñor Edgar Peña Parra, marca un hito para la comunidad católica, especialmente en América Latina, donde Hernández es ampliamente venerado.
Nacido el 26 de octubre de 1864 en Isnotú, Venezuela, José Gregorio Hernández mostró desde joven una profunda vocación religiosa y un compromiso inquebrantable con la ciencia médica. Tras graduarse en medicina en la Universidad Central de Venezuela en 1888, continuó sus estudios en París, especializándose en microbiología y otras disciplinas. A su regreso, se destacó como pionero en la enseñanza de la bacteriología y la histología en su país. Sin embargo, más allá de sus logros académicos, Hernández es recordado por su dedicación a los más necesitados, ofreciendo atención médica gratuita y ganándose el apodo de “Médico de los pobres”.
La devoción hacia José Gregorio Hernández ha trascendido las fronteras venezolanas, consolidándose en diversas comunidades latinoamericanas. Esta veneración se debe, en parte, a numerosos relatos de supuestas intervenciones milagrosas atribuidas a su intercesión.
Los milagros del médico José Gregorio Hernández
Uno de los casos más recordados es el de Yaxury Solórzano, una niña de 10 años que, en 2017, recibió un disparo en la cabeza durante un asalto. Los médicos pronosticaron secuelas neurológicas severas o incluso la muerte.
Sin embargo, tras las fervientes oraciones de su madre a Hernández, la niña se recuperó de manera inexplicable, sin ninguna discapacidad. Este milagro fue reconocido oficialmente por el Vaticano y allanó el camino para su beatificación en 2021.
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“La madre de la niña, al enterarse de que el especialista realizaría la cirugía a su hija con pronóstico reservado, le pidió a José Gregorio, de quien es muy devota, que le salvara a su hija. Ella asegura que el Venerable le dijo: ‘No te preocupes, que tu hija va a salir bien’, y que después comenzó a sentir una paz que no había sentido desde el incidente”, se lee en el testimonio presentado por la iglesia.
Otro milagro reconocido —que lo llevó a la canonización del Vaticano— fue el del empresario venezolano Gonzalo Morales Divo quien sufrió una falla multiorgánica donde se comprometieron su corazón, el hígado, los riñones y el cerebro. Los médicos tuvieron que mantenerlo durante semanas en coma inducido para prevenir un derrame cerebral. Durante ese tiempo, el paciente asegura que vio la imagen de José Gregorio Hernández en dos ocasiones.
Con el paso de los días, Morales se repuso parcialmente con rapidez. A pesar de que presentaba problemas de coordinación, motricidad y en el habla, los médicos habían predicho que tendría daño cerebral irreversible e irreparable.
Meses después, luego de varias sesiones de fisioterapia, el empresario empezó a caminar, a hablar con mayor soltura, hasta encontrarse en la actualidad totalmente recuperado.
Además de estos casos existen numerosos testimonios de personas que afirman haber sido sanadas por la intervención de Hernández o haberlo visto como una aparición en los quirófanos.
Estos relatos incluyen desde recuperaciones sorprendentes de enfermedades terminales hasta intervenciones quirúrgicas “realizadas” por el espíritu del médico. En algunas comunidades, se narran historias de pacientes que, tras encomendarse a José Gregorio, experimentan mejorías inmediatas o incluso ven al médico en sueños, guiándolos hacia la sanación.
La aprobación de la canonización de José Gregorio Hernández por parte del papa Francisco adquiere una relevancia particular debido al contexto en el que se produjo. El pontífice, hospitalizado por una neumonía bilateral, demostró su compromiso con la Iglesia y sus fieles al continuar con sus deberes pastorales desde el hospital.
Durante una audiencia con altos representantes del Vaticano, Francisco firmó el decreto que eleva a Hernández a los altares como santo oficial de la Iglesia Católica.
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