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Palermo no pudo salir de 'ese mundo' y lo asesinaron de camino a la barbería en el barrio Caño Limón, de Cúcuta
El hombre habría intentado conseguir ayuda en sus últimos días contra sus adicciones.
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La opinión
La Opinión
Jueves, 14 de Agosto de 2025

“Mamita, yo quiero, pero no puedo salirme de ese mundo”, le dijo Miguel Alfredo Núñez González a su mamá poco antes de su trágico destino. En ese momento no estaba hablando Palermo, como era conocido por todos, era Miguel hablando como un alma rota por la situación en la que se encontraba.


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‘Ese mundo’ era el de los estupefacientes, el que había consumido la mayoría de sus 40 años, aunque aparentara muchos menos. A pesar de que no luciera físicamente como tal, el hombre había desarrollado una adicción por las sustancias alucinógenas que terminaron llevando gran dolor a su familia.

En la noche del pasado martes, 12 de agosto, la muerte lo alcanzó sobre las 8:30 p.m. Horas antes, se preparó para ir a la barbería, se bañó y se vistió para la ocasión, “se llenó de perfume”, como dijeron sus propios familiares, porque no podía salir de casa sin estar bien vestido hasta el más mínimo detalle.

La última vez que lo vieron fue saliendo de la vivienda ubicada en el barrio Simón Bolívar, vestía una camiseta vinotinto, un bluyín negro y tenis negros, iba con rumbo a cortarse el cabello, pero nunca llegó a su destino, pues minutos después el rumor de muerte empezó a recorrer el barrio.

A pocas cuadras de donde vivía, en la calle 13A con avenida 22 del barrio Caño Limón, Palermo fue interceptado por un sujeto en moto, que le disparó en plena vía pública y le causó la muerte en el acto tras dispararle en repetidas oportunidades, una de esas en la cabeza.

El hombre cayó junto a un andén, su sangre empezó a recorrer el asfalto, alcanzando un canal de aguas lluvias a pocos metros del sitio, su asesino escapó del lugar de los hechos, y algunos vecinos se asomaron a la escena, “mataron a Palermo”, decían.

La noticia rápidamente se difundió por la zona, pues era alguien bastante reconocido. Su familia se enteró y llegó hasta el sitio para enfrentar la dolorosa realidad, antes de poder salir de ‘ese mundo’, a Palermo le arrebataron la vida.


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Palermo querido

Según contaron sus familiares, la víctima era muy apreciada en la comunidad y se caracterizaba por tener un espíritu juvenil y alegre, no aparentaba su edad, ni físicamente ni de mentalidad, incluso las autoridades al momento de hacer la inspección al cadáver le pusieron una edad estimada de entre 20 y 25 años.

Palermo se dedicaba a trabajar en lo que saliera, recientemente estaba pintando una casa, antes fue ayudante de construcción, a la par que en los fines de semana vendía chorizos en el barrio Carora.

La raíz de su apodo estaba ligada con una de sus pasiones, el fútbol, pues en el colegio jugaba y metía muchos goles, por lo que lo comparaban con el delantero argentino Martín Palermo. El sobrenombre le quedó tan establecido que muy poca gente lo llamaba Miguel..


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Con el tiempo se volvió un impulsador del deporte en el barrio, premiando con gaseosas o crispetas a los niños que veía jugando fútbol en la calle. De igual forma, lo conocían por ser un amante de los animales, tratando de ayudarlos de la forma que pudiera.

En medio del desconsuelo, recuerdan como en sus últimos días intentó reconciliarse con Dios, pues a pesar de no ser un practicante constante de la religión, hace poco lo habían visto leyendo la Biblia, como quien busca perdón.

También, entre lágrimas le decía a su familia que quería salirse de ‘ese mundo’, pero no podía. Pensó en recurrir a ayuda profesional, contactó a un centro de rehabilitación en Pamplona, pero por el alto costo mensual, no pudo inscribirse. También contaron que había considerado internarse en el Hospital Mental Rudesindo Soto, como última alternativa, pero su vida fue violentamente interrumpida antes de lograrlo


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